vitoria. Dos cuestiones son las que provocan los mayores dolores de cabeza de la UAGA: el matadero de Agurain y el Plan de Gestión del Lobo. Respecto al primero, el sector lo ansía tanto que hasta ellos mismos fueron los que realizaron el proyecto de ejecución. El segundo, directamente lo echarían a la papelera. Aseguran que pone en riesgo la ganadería extensiva, entre otras cosas.
Respecto al matadero, hay proyecto y compromiso del sector. ¿Qué hace falta para que la Administración afloje las arcas?
¿Qué hemos hecho? Hemos realizado todo lo que nos ha dicho la señora diputada foral, hemos presentado el proyecto de ejecución y nos han dado largas. Yo pertenezco al grupo de ganaderos que reivindica el matadero. Nosotros encontramos interesante un matadero en Álava. Lo que no es normal es que vayamos a matar a ciento y pico kilómetros, a San Sebastián, a Haro, a Cantabria... No es normal que dentro de mi provincia no pueda matar.
¿La UAGA se va a fijar un tiempo límite para decir basta? ¿Pueden producirse movilizaciones al respecto?
Yo ahora mismo no sé qué noticias hay desde las instituciones, pero tenemos que plantearnos que dentro de unos meses hay elecciones, así que no sabemos qué actitud va a adoptar la nueva Diputación. Por eso, no podemos decir lo quiero ya porque también entiendo que igual ahora no pueden adoptar compromisos. Lo que sí que está claro es que han hecho unos presupuestos en los que no nos referencia. Y que nuestro esfuerzo no es de quince días, que llevamos ya cuatro o cinco años. Ellos ya lo saben y cuando decían en un principio: lo que dé el Gobierno Vasco, damos nosotros. No sabemos qué problema existe para que no haya esa explicación de dinero que van a poner. Cuando resulta que estamos viendo que en los presupuestos de la Diputación hay una partida muy grande para unos créditos de compromiso, o como se llamen, una cantidad exagerada. No sé sabe para qué, pero sí que es un dinero que supone el doble de las ayudas que da al sector primario, léase mejoras de todo tipo. Hay una cosa clara: no vale decir que somos un sector minoritario, porque los agricultores y ganaderos manejamos el 80% del territorio de Álava. Tampoco vale decir que somos un sector puntero, con tecnologías muy avanzadas, porque sales fuera y te das cuenta de que estamos muy abandonados por la Administración. Con lo que cuesta un kilómetro menos de autopista, nos tendrían más en cuenta. Es muy bonito decir plan de ayudas, pero lo que tiene que hacer las instituciones es implicarse económicamente.
Para evitar la especulación de los precios, ¿qué tipo de acciones hay que hacer para regularlos?
El tema de los acuerdos sectoriales es lo que estamos buscando, como con el tema de los purines y de los forrajes. Es intentar comprar directamente a los productores porque en Álava se puede producir mucho para los ganaderos y los tienen que ir a comprar fuera y con intermediarios. Queremos una especie de unión de productores para firmar contratos de compraventa.
¿Por qué el Plan de Gestión del Lobo es todavía una guerra sin terminar?
Acaba con la cabaña ganadera, con los pastores, con todo. Me considero naturalista, no ecologista, me gustan los animales y el monte. Disfruto viéndolos, pero no soy cazador. En mi explotación veo corzos, zorros... Ahora, por ejemplo, han empezado los patos en los ríos. Pero está claro que en mi zona, en Sierra Salvada, el lobo no ha estado allí históricamente. Aunque hay loberas, los animales venían de Santander y de más sitios... Los corrales de nuestras ovejas son de metro y medio, mientras que los de Zamora son de cuatro metros y el corral lo tienen hacia dentro. Con el lobo hay que saber convivir cuando venga, pero no que críe.
¿Qué servicios necesita el sector con urgencia?
Queremos buenos accesos a las fincas. Tenemos un problema con la N-I, porque han cerrado las vías paralelas de servicio para los tractores y ahora hay gente que tarda treinta y poco kilómetros de mala forma para desplazarse.