PAMPLONA. Puig, quien ha participado hoy como ponente en el "II Foro mundial sobre talento" que se celebra en el Castillo de Gorráiz, ha comentado a Efe que en España se ha extendido una cierta "sensación de incapacidad" y por ello ha instado a "hablar de forma mucho más positiva", porque, "si estamos continuamente mirando a la sombra, no podremos ver la luz".
"Si sólo estamos buscando razones y justificaciones para nuestro pesimismo, es lo único que vamos a tener, no vamos a tener resultados", ha asegurado Puig, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y "fellow" en Cirugía por la Harvard University Medical School.
El investigador ha reconocido que problemas como el paro, la crisis económica o la situación en Japón son "muy serios" y "no se pueden banalizar", pero ha afirmado que "lo que convierte un problema difícil en un problema insoluble" es que las personas afectadas comiencen a asimilar mensajes del tipo "esto no tiene salida", "soy incapaz de encontrarla" o "no merezco encontrarla".
En ese sentido, ha apuntado Puig, se ha podido demostrar con técnicas de neuroimagen que cuando una persona "se deja envolver" por esos pensamientos negativos, "verdaderamente empieza a generar en su interior la incapacidad real para resolver el problema".
"Si yo me lleno de sensación de impotencia, de desesperanza, se puede fotografiar hasta un cambio en el riego sanguíneo del cerebro humano, con lo cual las neuronas funcionan mucho peor" y la persona no puede resolver el problema precisamente porque se piensa que es incapaz de ello y "eso ha hecho, a modo de profecía, que lo que cree se haga realidad", ha aseverado.
La ciencia, ha indicado Puig, ha demostrado que los pensamientos humanos se transforman en "moléculas de emoción", como neurotransmisores, hormonas o neuropéptidos, y estas sustancias tienen la capacidad de favorecer tanto la génesis de nuevas neuronas y de nuevas conexiones como de "matar" neuronas.
Este descubrimiento, ha agregado, revela que el ser humano tiene una "enorme potencia" en sí mismo y que "nuestro diálogo interior crea realidades y que esas realidades pueden ayudarnos y también anularnos".
Puig ha sido muy crítico con el sistema educativo entendido en un sentido amplio y ha aludido a estudios que concluyen que, cuando los niños de tres a cinco años se enfrentan a un test de creatividad adaptado a su edad, el 98 % lo supera, entre los ocho y diez años, ya sólo lo hace la tercera parte, y a partir de los 15 años, únicamente el 2 %.
El investigador ha manifestado que el "sistema educativo" actual, en el que incluye a las familias y el entorno social, "cercena la creativiad", porque encasilla a las personas en "moldes de pensamiento", pero "luego decimos que para resolver los problemas necesitamos creatividad".
Por este motivo, ha abogado por "fomentar el juego, el atreverse, el no creerse un fracasado por intentarlo y cometer errores", ya que "eso sí que nos va a llevar a un mundo de posibilidades totalmente distinto al que estamos experimentando ahora".
Puig se ha postulado como un defensor de prácticas orientales como el Tai Chi o el yoga y al respeto ha declarado que hay estudios científicos que demuestran que el ejercicio físico aumenta la población de neuronas en los hipocampos, que "son unas estructuras cerebrales básicas para aprender, para sentir curiosidad y para controlar el miedo".