Un biólogo vitoriano ha publicado una tesis en la que indaga en la gran diversidad existente dentro de razas ovinas, bovinas y equinas del País Vasco y Navarra. El científico propone soluciones para preservar la raza sasi ardi o la betizu, ambas en peligro, al tiempo que se muestra optimista respecto a la conservación de la pottoka.

Fernando Rendo, biólogo de la UPV/EHU, ha desarrollado herramientas genético-moleculares, con la intención de completar el árbol genealógico de ciertas razas originarias de la zona. Concretamente, ha optado por numerosos microsatélites (un tipo de secuencia de ADN) y algunos SNP (un tipo de variación en la secuencia de ADN), que sirvieran como marcadores para caracterizar estructuras genéticas. Con ellos, ha construido paneles que ha aplicado a las citadas razas.

Con estos paneles como herramienta de base, Rendo ha llevado a cabo su tesis doctoral, analizando la genética poblacional de estas razas locales. Además, ha mostrado especial interés en las razas en peligro de extinción, por lo que ha estudiado la efectividad de algunos planes de conservación hasta ahora realizados, y ha lanzado propuestas para futuros programas. El trabajo se titula Genética poblacional y forense en razas ovinas, bovinas y equinas locales del País Vasco y Navarra.

Rendo destaca la gran variabilidad genética intrapoblacional encontrada dentro de las razas sometidas a estudio. Un ejemplo de ello es la heterogeneidad mostrada por la raza ovina latxa, ya que en la tesis se identifican tres grupos poblacionales: latxa cara negra de la CAV, latxa cara rubia y latxa cara negra de Navarra. Se achaca la gran diversidad existente dentro de las razas ovinas, bovinas y equinas estudiadas a la estrategia de manejo utilizada en la zona pirenaica occidental. Este manejo se basa en cruzar animales de rebaños próximos, lo que genera grupos homogéneos y aislados de otros en áreas geográficas muy pequeñas. Así las cosas, surgen numerosos ecotipos, variedades e incluso razas en una extensión de terreno pequeña.

Se afirma en la tesis que esta elevada variabilidad es especialmente positiva para afrontar programas de conservación de razas en peligro de extinción, tales como la sasi ardi, betizu, terreña, monchina, pottoka y jaca navarra. Entre estas, Rendo destaca la diversidad encontrada dentro de la raza semisalvaje ovina sasi ardi, por lo que la considera un importante recurso genético animal a ser conservado. Concretamente, propone hacer uso de la población sasi ardi no estándar en futuros programas de conservación, ya que representa un considerable aporte de variabilidad y genéticamente no difiere tanto de los rebaños calificados como puros.

En el caso de la raza betizu, se explica que en los últimos años ha sufrido una disminución de su estructuración genética. Para subsanarla, se propone una redistribución de machos entre sus rebaños. En cuanto a la pottoka, Rendo destaca el programa de conservación realizado durante los últimos 15 años. Se ha podido comprobar en la tesis que, gracias al correcto manejo de los animales, la raza mantiene su variabilidad genética inicial.