Bilbao. Castilla y León no está por la labor de "cerrar puertas" a la comercialización de su chacolí y comienza a recorrer el camino legal para crear una Denominación de Origen en la zona productora de la provincia de Burgos. El primer paso lo dieron ayer en la Junta de Castilla y León que aprobó elevar una solicitud al Gobierno de Madrid para que reconozca la nomenclatura. De continuar con el proceso, -puede durar hasta cinco años- la última palabra la tendrá Bruselas. Sin embargo, la normativa europea es clara. Los vascos tienen la ley de su parte: "Está prohibido expresamente registrar una variedad con nombre idéntico o parcialmente idéntico a una denominación existente cuando puede inducir a error al consumidor sobre el verdadero origen y características del producto". Así lo establecen los reglamentos de la UE de 2002 y 2009, ya que establecen que el término txakoli está asociado a las tres Denominaciones de Origen vascas.

El reglamento comunitario de 2009 especifica en sus páginas 11 y 12 las condiciones que deben cumplir estos términos para ser admitidos por Bruselas. Se trata de unos requisitos muy exigentes que demuestran que el término chacolí no es genérico, sino que define a unos vinos muy concretos, regulados a nivel europeo.

"Ya existe un vino txakoli asociado a una zona y no se puede registrar otro vino con el mismo nombre", sentencia la europarlamentaria del PNV en Bruselas, Izaskun Bilbao.

Pero los dos grupos mayoritarios en la Junta de Castilla y León van a por todas. PP y PSOE, a dos meses de las elecciones, han dejado aparcadas sus diferencias políticas para consensuar por unanimidad en el Parlamento castellano-leonés una enmienda conjunta con el objetivo de lograr que su chacolí sea tan legal como el vasco. "No nos parece justo que los burgaleses, teniendo un vino históricamente producido en estas tierras, pierdan ese derecho. Los burgaleses no parten de la nada y no queremos aprovecharnos", añade la procuradora del PP por Burgos Cristina Ayala.

Crítica a la confrontación La parlamentaria socialista, Natalia López-Molina, aunque comparte lo dicho por Ayala, aprovechó ayer su intervención para criticar la postura de "confrontación" mostrada por los populares y por querer "desgastar" las relaciones con el País Vasco y el Gobierno vasco. Ante todo, el PSOE aboga por el diálogo para llegar a acuerdos con el Ejecutivo López. "No se puede lanzar piedras al tejado del vecino. Así no se abren vías. Ellos también tienen sus derechos", comenta la socialista. En este sentido, López- Molina reconoce la preocupación de los productores vascos y afirma que "denunciaremos todo lo que se haga fuera de la legalidad".

En la resolución aprobada se insta a que, una vez que solicitado por un grupo de productores interesados, se inicien los trámites administrativos que permitan una Denominación de Origen vino chacolí en la zona productora de la provincia de Burgos. Aunque, a día de hoy, no hay sobre la mesa peticiones ni propuestas por parte de productores de chacolí, los políticos de Castilla y León no quieren perder tiempo.

En este sentido, desde las Denominaciones de Origen vascas prefieren adoptar una postura calmada pero expectante. "Nos preocupa cualquier paso que se vaya a dar, pero nosotros seguiremos trabajando por el txakoli. Confiamos en las instituciones que nos apoyan y vamos a estar vigilantes ante cualquier ilegalidad", asegura Antxon Txapartegi, secretario de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina.

Desde Madrid, el portavoz del Grupo Vasco EAJ-PNV, Joseba Agirretxea, cuya proposición fue apoyada el 20 de octubre por todos los partidos de Congreso, sostiene que el txakoli está vinculado "a un territorio, a unas características y a una denominación". "Tienen ganas de salsear. De un tema agroalimentario, si quieren hacer un tema político, allá ellos. Si populares y socialistas han iniciado su propia guerra, que no nos impliquen al resto y que no metan al txakoli", concluye.