CUANDO crisis es el vocablo de moda en boca de todos, acercarse a los deseos y esperanzadas para este año de cuatro mujeres emprendedoras podría parecer descorazonador ante el panorama de paro y recesión. Pero su apuesta profesional y empresarial impulsa todo lo contrario, porque bien preparadas y organizadas, con éxito en su actividad profesional y una visión muy en femenino de lo que es emprender y arriesgarse, llenan su zurrón de anhelos a conquistar solicitando al poder público una orientación económica correcta ante la crisis, una verdadera conciliación laboral-familiar para hombres y mujeres, así como una mayor igualdad en el acceso a puestos de responsabilidad, porque están seguras de los beneficios de un enfoque más correcto de lo femenino en la sociedad pública.
Una demanda que es la más lógica desde el punto de vista tanto de la igualdad como desde el objetivo de una mayor productividad y eficacia organizativa, puesto que ninguna sociedad que quiera ser desarrollada puede prescindir de la capacidad de generar riqueza de más de la mitad de su población. Porque ni todos los políticos pueden ser hombres, ni los empresarios y directivos todos "ellos", ni el poder económico-financiero y productivo exclusivamente masculino. La sociedad como la aves necesita dos alas equilibradas para volar, y si una falla o está poco desarrollada el vuelo será siempre gallináceo.
No parecen muy satisfechas de que la cúpula de las pymes, de la CEOE y de las organizaciones y asociaciones de directivos, de partidos, de sindicatos? sean cuasi guetos masculinos, conformadas por hombres elegidos entre hombres con una presencia femenina meramente testimonial. Desde el punto de vista de la eficacia y el éxito empresariales es insostenible este reparto tan desigualitario. Para ellas este techo de cristal no es mera retórica sino parte del quehacer diario, donde en su relación cotidiana se encuentran en un océano de corbatas y trajes con pensamientos en muchas ocasiones periclitados para dar salida a situaciones diferentes y cambiantes. "se nota muchísimo en el trato con las empresas que prescinden del punto de vista femenino, tiene menos agilidad y cintura en sus planteamientos. Esta visión y "alma" femenina es verdad que también la tienen algunos hombres y que carecen de ellas algunas mujeres que llegan a altos puestos de decisión que se masculinizan hasta el estereotipo, pero en general la presencia de una mujer marca modos y estrategias empresariales diferentes. Generalmente para bien".
Piden trabajo para todos, y sobre para todas, porque sufren más el paro y los contratos más vulnerables, y demandan de los poderes públicos que se pueda conciliar mejor la vida familiar y profesional con la implicación total sin reservas de los hombres. Pero, por supuesto, la demanda de igualdad de oportunidades de estas empresarias, mujeres con visión social femenina, no se circunscribe sólo al ámbito profesional-económico, porque a ninguna de ellas se le olvida citar el maltrato y los asesinatos de mujeres por el hecho de serlo y como consecuencia de las condiciones de inferioridad y dependencia económicas. Así que piden un 2011 en el que no haya ocasión para esta violencia, porque en el trasfondo aparece difuminada y oculta esa desigualdad económica y profesional latente hacia la mujer.
Proponen tener ideas claras de lo que se quiere, preparación constante y trabajo duro como ingredientes para un éxito profesional que casi nunca llega a las primeras de cambio, por lo que la perseverancia es la virtud socia imprescindible de la capacidad. Cuatro mujeres vascas con sus ilusiones e inquietudes.