Bilbao. Eskola 2.0, uno de los programas estrella de la consejera Celaá, ha sumado otro traspiés al carrerón del curso pasado. Esta vez no se trata de la falta de formación al profesorado, ni del déficit de material didáctico en euskera. Tampoco tiene que ver con el retraso del equipamiento tecnológico de las aulas, que el año pasado obligó a aplazar a marzo una experiencia que debía comenzar en setiembre. Unos datos del desfase que arrastra Eskola 2.0 en su segundo año de vigencia: a principios de enero sólo habían llegado a la red pública 2.740 de los 10.000 miniportátiles prometidos -poco se sabe de lo que sucede en la concertada-; sólo el 46% de los 499 armarios habían sido instalados, así como 366 de los 499 puntos Wi-fi necesarios. Y eso que la consejera Isabel Celaá se comprometió en el Parlamento Vasco a culminar el proceso el 23 de diciembre.

El último episodio en el accidentado bagaje de Eskola 2.0 llega desde la pequeña localidad guipuzcoana de Lezo. Hace una semana el Departamento de Educación se llevó de la Escuela de Lezo los 45 portátiles que apenas unos días antes les habían instalado, porque tanto las familias como el profesorado y la dirección del centro prefieren el cable al Wi-fi.

Según la dirección del colegio, la justificación oficial del Departamento de Educación a tan drástica medida es que si se rechaza uno de los elementos del pack Eskola 2.0 -en este caso, la conexión Wi-fi- el centro en cuestión renuncia a participar en el programa. "Lo irónico de esta historia de terror", dice Itxaso Briz directora del centro, es que sólo se han llevado los ordenadores de este año y han dejado los del año pasado, cuando la conexión a Internet del centro era y sigue siendo por cable. Nuevamente, Educación ha declinado dar su versión de los hechos.

Quienes sí han decidido dar un paso al frente para denunciar el "castigo" al que Educación ha condenado a medio centenar de escolares ha sido el Consejo Escolar de este centro. En febrero de 2010 adoptó la decisión de participar en Eskola 2.0 con un sólo cambio, en vez de instalar el sistema Wi-fi, seguir con la conexión por cable. Enviaron un escrito a Educación, argumentado su negativa por el impacto que sobre la salud pueden acarrear las hondas electromagnéticas. Las dudas del consejo no son baladíes, ya que durante casi un año la cuestión de la seguridad del Wi-fi ha sido debatida en el Parlamento.

Tras varios apercibimientos por parte de Educación, las familias se ofrecieron a pagar de sus bolsillos un proyecto de cableado para que cada uno de los alumnos pudiera conectarse desde su pupitre. Así lo hicieron. Llegaron los 42 ordenadores para 5º de Primaria. Y con ellos han estado funcionando sin problemas durante casi un año a la espera de que Educación enviara la segunda remesa de portátiles para los que ahora estudian 5º de Primaria. A mediados de enero instalan los 45 portátiles junto con otros 12 que Educación repuso, después de que el centro sufriera un asalto.

Manejar las TIC o tipo de conexión "Cuál es nuestra sorpresa, por decir algo, que unos días después llega un camión y se llevan los portátiles que acababan de instalar", afirma indignada la directora de la escuela. El malestar que ha generado la decisión del Departamento de Educación ha hecho que el Consejo Escolar haya consensuado un escrito de protesta que han mandado tanto a la consejera como a los grupos parlamentarios. En dicho documento, la comunidad escolar afirma: "Mire por donde se mire, hemos sido castigados sin pudor por no poner Wi-fi". Asimismo preguntan a Celaá: "¿Porqué se les niega a los alumnos de Lezo el derecho de trabajar con las nuevas tecnologías?, ¿sólo porque las familias y los profesores albergamos dudas sobre los posibles efectos negativos del Wi-fi?". En este sentido, emplazan a Celaá a que responda a la siguiente pregunta: "¿Qué es más importante que nuestros jóvenes se familiaricen con la tecnología o la conexión a Internet que usan?. Desde su punto de vista, la única respuesta que ha dado Educación "ha sido quitarnos los ordenadores". Y es que, "en vez de argumentos, la única vía que les queda es el autoritarismo, cuando la autoritas no gana la única vía es la imposición", replican. Esperan que esta denuncia sirva de acicate para otros centros con sus mismas dudas respecto al Wi-fi. En la actualidad, la escuela de Lezo es el único centro que oficialmente rechaza el Wi-fi, después de que otros dos centros de Bizkaia se echasen atrás tras las presiones recibidas. Fuentes consultadas aseguran que movilizados por los padres, media docena de colegios alaveses se estarían planteando renunciar al Wi-fi y optar por el cable como conexión a Internet.