vitoria. No cabe duda de que el campo necesita agua para que de él germinen los cultivos de los que se nutren tanto hombres como ganado. Es por ello que Ekologistak Martxan tilda de complicada la situación de déficit hídrico que atraviesa este invierno, una estación en la que se recargan los acuíferos que abastecen durante el resto del año. "Si no llueve todo lo que tiene que llover, el más afectado es el sector primario porque, aunque las tierras estén húmedas, sólo es en la superficie", explica Andrés Illana, portavoz de este colectivo ecologista, quien alerta del peligro que supondría una nevada en primavera. "Puede ser nefasta para los cultivos", agrega.

En este sentido, el agro alavés señala que lo importante no es la cantidad, sino que no llueva ahora, en la estación que tiene que hacerlo. Por eso, la UAGA dice que "cuanto antes llueva, mejor" porque como la naturaleza no es una ciencia exacta, no sabe cuánto tiempo los campos aguantarán sin poder beber de las nubes. Saben de sobra que hace falta agua para renovar el caudal de balsas y ríos.

Pese a la falta de precipitaciones, la alarma no se ha desatado aún en el campo. "Es habitual que pase esto de vez en cuando, o incluso todo lo contrario, como hace dos años, pero no es una situación de sequía extrema", tranquilizan.

De hecho, la superficie de los cultivos aún está húmeda y el cereal, de momento, "aguanta". No en vano, es uno de los productos de secano por excelencia. Lo contrarío ocurre con la remolacha y la patata, que son las que más agua necesitan. Dos productos típicamente alaveses que no peligran porque su siembra se realiza en primavera.