vitoria. Cansados de asumir una función que por ley no les corresponde, los Bomberos de Gasteiz han dicho basta. Varios representantes de los trabajadores del parque de Agirrelanda revelaron ayer que sus superiores, de forma recurrente, les ordenan retirar de la vía pública pancartas que no representan ningún peligro para la población, pero comparten un claro carácter político o reivindicativo. A esta obligación se suma, según denunciaron, coacciones por parte de las distintas jefaturas que han rotado por el servicio municipal para cumplir con estos cometidos. Si no se responde a sus requerimientos, la "amenaza" llega hasta la posibilidad de recibir un expediente disciplinario.

"Nos seguimos negando a ser utilizados para hacer cometidos que no nos corresponden. Somos bomberos municipales sólo para cumplir con nuestras funciones", recalcó Agustín Gorbea, representante del sindicato LAB. Junto a la central abertzale, también compartieron esta denuncia ELA y CCOO. Los problemas vienen de atrás porque, según censuraron, "esto ha sucedido con todos los alcaldes anteriores", en alusión a Cuerda y Alonso.

El paso del tiempo no ha impedido que este foco de conflicto se haya disipado en beneficio de los trabajadores. "La constante fuente de presión" a la que son sometidos desde instancias superiores, según advirtió José Antonio González Berrocal (ELA), "implica una situación muy tensa" a la que la plantilla "no quiere estar sometida". Una orden firmada el pasado 2 de febrero por el jefe del servicio de Bomberos, incluso, da ahora cobertura a este trasvase de funciones. "El servicio de Bomberos debe colaborar en todas aquellas actuaciones que atendiendo a la seguridad pública se llevan a cabo en nuestra ciudad. Incluyendo, claro está, aquéllas en las que el liderazgo de la misión corresponda a otros departamentos o servicios", tales como Policía Local o limpieza pública, reza la orden.

El documento insta también a ceder materiales a otros departamentos cuando vayan destinados a labores que requieran "premura e inmediatez". Algo que ya ha sucedido en alguna ocasión con las escalas que usan los Bomberos. El problema es que, tal y como denunció González, "se pretende que pongamos a servicio de otros unos materiales para que luego los usemos nosotros".

txupinazo Uno de los últimos ejemplos en este sentido se vivió el pasado 4 de agosto en plena bajada de Celedón con la pancarta que colgaba del monumento de la Virgen Blanca. En las fiestas de 2009, incluso, "un operario de FCC vestido de bombero fue obligado a quitar varias pancartas". El colectivo se ha negado consecutivamente a cumplir con esta función pero, por ahora, no ha habido expedientes. Según advirtieron, esto se debe a que "el colectivo está como una piña" con este asunto.

Los dos últimos episodios polémicos se han vivido con una pancarta colocada en una vivienda ocupada de Los Arquillos y la que colgó Imanol Marrodán en su escultura el día que se encaramó a ella. Pese a las reiteradas exigencias, los Bomberos se negaron a retirarlas. "No distinguimos las pancartas. Nos da exactamente igual lo que ponga. Se quitan sólo en función de la seguridad", sintetizó Gorbea. Por ejemplo, las que cuelgan de andamios o paredes y por su peso u otros condicionantes como el viento pueden suponer un riesgo evidente.