vitoria. Pese a los esfuerzos, el comercio de Vitoria no está atravesando por uno de sus mejores momentos. La crisis económica le está pasando factura y al menos a corto plazo, quienes trabajan en este negocio no creen que el panorama vaya a cambiar demasiado. Es más, en algunas zonas como la calle Gorbea, uno de los principales núcleos comerciales de la ciudad, reconocen que nunca habían vivido una situación así, con tantos locales cerrados.
Aunque el parón económico está afectando prácticamente a todos, son las tiendas pequeñas las que más están sufriendo las consecuencias de este delicado momento. Algunas de ellas llevan tiempo oteando nuevos horizontes, conscientes de que las formas de consumir empiezan a cambiar y que los clientes deben ajustar las compras al bolsillo, que está más vacío ahora. "Cada vez son más responsables e inteligentes a la hora de comprar", asegura Conchi Aguirre, presidenta de Gasteiz On, la asociación de comerciantes de Vitoria.
El nuevo consumidor ha impuesto el modelo low-cost, basado en ofrecer un producto a precio más bajo pero sin sacrificar su calidad. De ello está convencido José González, presidente de los comerciantes de Zaramaga, que considera que las tiendas deben buscar estrategias que satisfagan esta nueva forma de consumo. "Existe una tendencia a comprar con más criterio, el concepto de ahorro está muy asumido", asegura.
Pero, ¿cómo se puede ofrecer un producto más barato con la misma calidad? "Mediante alianzas". Así lo creen al menos en el barrio Zaramaga, donde conocen mejor que nadie lo difícil que es competir contra las grandes superficies, en las que la negociación de los precios con los proveedores resulta más sencilla. La apertura de El Boulevard, de hecho, provocó el cierre de muchos comercios en los años posteriores, y aunque los que aguantaron el envite han conseguido mantenerse, se calcula que todavía puede haber cerca de 200 locales vacíos. Precisamente en esta zona se ha llevado a cabo una ensayo de lo que podría ser el comercio del futuro en la capital alavesa. Los hosteleros de Zaramaga han formado un grupo que les permite comprar bebidas y alimentos en grandes cantidades, y por lo tanto a mejor precio. Para González, este tipo de asociaciones van a ser cada vez más frecuentes en los próximos años, y en todos los sectores, ya que tienen la ventaja de poder competir en similares condiciones frente a las franquicias.
En Vitoria, de hecho, uno de los pioneros en implantar una fórmula parecida fue la central de compras Norhogar, dedicada al sector textil-hogar, y que el año pasado recibió el Premio del Comercio que concede el Gobierno Vasco. El grupo surgió en el año 2003, cuando todavía era Tapicerías Castaño, mediante la unión de seis empresarios del mismo sector comercial. Su objetivo era lograr un catálogo de productos propios pero a unos costes más ventajosos.
También en el sector de la alimentación existe una experiencia parecida, la de Coviran. Una cooperativa que agrupa a muchas tiendas de ultramarinos de la ciudad, que de forma independiente no podrían haber logrado competir con las principales cadenas de supermercados.
Además, según informan desde la asociación de comerciantes, en varios meses podría ver la luz un nuevo grupo dedicado exclusivamente al sector textil. La alianza permitiría a las tiendas adscritas adquirir sus productos en mercados emergentes, al igual que lo hacen las grandes marcas, pero a un precio más bajo ya que el volumen de compra sería mayor que si lo hicieran a nivel particular.
más "outlet" Otra de las consecuencias de los nuevos hábitos de consumo que se están imponiendo en la ciudad es la proliferación de los outlets, tiendas en las que se acumula ropa fuera de temporada. La capital alavesa fue pionera en abrir establecimientos de este tipo hace cinco años; lo hizo antes incluso que ciudades como Bilbao o San Sebastián.
Precisamente la asociación de comerciantes de Zaramaga, empeñada en buscar fórmulas para reactivar el comercio de la zona, cree que recurrir a este tipo de tiendas podría ser un buen impulso. El barrio ha propuesto al Ayuntamiento convertirse en una especie de Soho, con establecimientos low-cost o de segunda mano, lo que le permitiría dar salida a buena parte de los locales que aún permanecen vacíos. Ello haría más fácil también poder crear un corredor comercial que conecte el Casco Viejo con El Boulevard.