BILBAo. El Gobierno Vasco exprimirá los plazos de la Ley Electoral para concluir justo a las puertas del límite permitido una campaña de incentivación del comercio, que estará basada en un sorteo de cheques entre los establecimientos con los que los ciudadanos podrán comprar gratis en las tiendas y grandes superficies de la CAV.
El consejero vasco de Industria, Bernabé Unda, ya avanzó la idea en noviembre del año pasado durante su comparecencia parlamentaria para explicar los presupuestos de su Departamento. Entonces aseguró que la campaña se pondría en marcha a finales de febrero, pero los planes han cambiado.
Los números del programa del Gobierno serán elevados. Con un presupuesto cercano al millón, se estima que al menos la mitad se destinará a los cheques, que se distribuirán durante dos semanas. Eso significa que cada día se regalarán más de 38.000 euros en bonos, que tendrán un valor inferior y muy cercano a los cien euros, a tenor de las prácticas comerciales. Al medio millón de euros en cheques, se sumarán los gastos originados por la gestión y la publicidad para completar el millón de euros que anunció Unda.
Sin embargo, fuentes conocedoras del plan consultadas por este diario consideran que, en función de las características de la publicidad y del impacto que se persiga a pie de calle, el montante total incluso podría superar el millón de euros. Justo la mitad de los fondos destinados en 2009 a la dinamización del segmento del mueble.
No se ha sabido nada más de la iniciativa durante cuatro meses hasta esta semana, cuando en los circuitos publicitarios se ha tenido conocimiento del inminente lanzamiento de la campaña de divulgación en prensa, radio y televisión. El letargo concluye en el mismo instante en el que empieza la cuenta atrás hacia el periodo blindado por ley ante iniciativas que puedan condicionar el sentido del voto. El 28 de marzo se publicará el decreto para las elecciones locales y, desde ahí, este tipo de programas serán ilegales.
Ese límite estará muy cerca del fin de la campaña. El reparto de cheques se iniciará al parecer la segunda semana de marzo y se estima que su duración rondará los quince días. De este modo, la campaña concluirá como muy pronto el sábado 26 de marzo e incluso cabe la posibilidad de que se prolongue hasta el mismo día 28. Se cumplirá en cualquier caso la Ley Electoral por un margen muy estrecho y la campaña quedará ligada lo máximo posible a los comicios. Las fuentes del sector consultadas reconocen el "tufo electoral" de la iniciativa. "El comercio necesita ayuda, y ayudar al comercio supone incentivar el consumo y la economía en general, pero esto huele más a propaganda que a otra cosa", resumen a la hora de valorar el retraso de la iniciativa y su controvertida irrupción en el delicado periodo preelectoral.
Otras fuentes lo vinculan con "la estrategia habitual" del Ejecutivo de buscar eco mediático para sus propuestas y luego no tener "la misma prisa" para ponerlas en marcha. A tenor de esa opinión, el Ejecutivo habría recuperado el plan con el margen de maniobra muy limitado por la cercanía electoral. Lo cierto es que por descuido o por interés la finalización del programa de sorteo de cheques marcará el inicio del periodo en el que las administraciones están bajo la vigilancia de la Junta Electoral. Los responsables institucionales no puede a partir de ese momento ni tan siquiera realizar declaraciones en las que ensalzan su gestión. Mucho menos regalar dinero a los futuros votantes aunque el objetivo declarado sea incentivar el consumo.
ayuda indiscriminada En la maraña de dudas que genera la promoción, su enfoque de sorteo tampoco se queda al margen. El sector considera que su capacidad de incentivar el consumo queda limitada por tratarse de una ayuda indiscriminada que beneficia por igual a un centro comercial o a una pequeña tienda de barrio más necesitada de estímulos. Ese punto también supone un cambio de planes respecto a lo avanzado por Bernabé Unda en el Parlamento vasco a finales del año pasado, cuando dijo que el objetivo era engrasar el consumo en el pequeño comercio.
La formulación y el tiempo del programa de cheques ha cambiado dando argumentos a los agentes políticos que llevan tiempo advirtiendo de las urgencias de un Ejecutivo al que dan la espalda las encuestas y que, al mismo tiempo, tiene un importante examen en las próximas elecciones locales.
Unos malos resultados pondrían de relieve el desapego generalizado y el rechazo mayoritario a la fórmula del cambio. Sería un duro golpe para el Gobierno Vasco de Patxi López, que hasta ahora ha logrado que pasen casi inadvertidos los sondeos que cuestionan su gestión y su legitimidad más allá de la aritmética.
La controvertida campaña a las puertas de las elecciones contrasta con las exigencias que plantea el PSE respecto a los verdaderos candidatos en los comicios. Así lo ilustra el falso debate abierto respecto a la publicación en el blog del diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, del vídeo en el que se proclamaba su candidatura.