vitoria. Los casos de presuntos abusos de la autoridad no se ciñen a un solo cuerpo policial. De hecho, este diario ha tenido constancia de la inquietud que existe en el seno de la Guardia Urbana de la capital alavesa ante actitudes dudosas de varios policías. Al parecer, los propios agentes del cuerpo se sienten molestos ante comportamientos excesivos de algunos de sus compañeros y no dudan en señalar que "sería deseable acabar con estas situaciones que no hacen más que dejarnos en mal lugar a todos".
Concretamente, se refieren a un grupo de policías municipales que, al parecer, durante algunos fines de semana se han dirigido, vestidos de paisano y libres de servicio, a varios establecimientos hosteleros de la ciudad y tras exhibir sus placas han evitado abonar la entrada en determinados locales, así como pagar sus consumiciones en pubs del centro. "No se pueden tolerar estas actitudes", recriminan sus propios compañeros.
Situaciones como éstas abundan en la percepción negativa que parte de la ciudadanía tiene hacia los funcionarios policiales que, en su generalidad, pagan justos por pecadores al incluir entre sus integrantes a pequeños porcentajes de agentes que se sobrepasan en sus funciones. "En este país, se pasa con una facilidad inmensa de ser víctima a verdugo cada vez que la palabra de un ciudadano se enfrenta a la de un agente policial. Casos como el mío y otros de otro cariz hacen que el resto de ertzainas, gentes honradas y profesionales, se lleven la fama gracias a este 5%", reflexiona Vicente.
Cuando éste presentó su caso ante el Ararteko, los responsables de la oficina del defensor del pueblo vasco, además de advertirle de todos y cada uno de los obstáculos que se iba a encontrar hasta solventar su situación, le informaron que se encontraban tramitando un caso muy similar al suyo, pero con la Policía Local de Vitoria como protagonista. Según le indicaron, un agente de este cuerpo había denunciado a un conductor por no llevar abrochado el cinturón de seguridad pese a que el denunciado aseguraba que sólo se lo había quitado cuando, a indicaciones del agente, se le pidió que entregara la documentación suya y la del vehículo. No obstante, en el caso de esta persona, no contaba con un copiloto que actuara como testigo, un factor que, indudablemente, ayudó a corroborar la versión de Vicente. "No sé si los mandos obligan a algunos policías a cubrir cierta cuota de multas, pero da la impresión de que es así, porque de lo contrario no entiendo porqué va a tener nadie interés en sancionar a alguien que no ha cometido ninguna infracción", señala Vicente.