madrid. El Tribunal Supremo confirmó la pena de seis meses de prisión que impuso un tribunal militar a un controlador aéreo que, en agosto de 2007 y alegando que había acabado su turno, abandonó su puesto de trabajo pese a que un helicóptero le faltaba una hora para aterrizar en la base de El Copero (Sevilla). Dado el riesgo generado y el carácter de la orden emanada de su superior, el alto tribunal concluye que "la gravedad de la desobediencia" fue "indiscutible" y desestima así el recurso presentado por el controlador contra la sentencia dictada en enero de 2010 por el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, que le consideró autor de un delito de desobediencia a órdenes relativas a servicio de armas, previsto en el artículo 102 del Código Penal Militar.
En una sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Clara Martínez de Careaga, el alto tribunal recuerda las declaraciones del capitán en las que decía que aunque "el horario laboral era hasta las 14.30, prevalecía sobre él el horario de vuelos".
El fallo considera "notoria y manifiesta" la desatención del recurrente a las instrucciones de su superior y remarca que la disciplina militar exige a los subordinados acatar las órdenes dictadas en el ámbito de sus funciones, "sin perjuicio de formular con posterioridad las quejas pertinentes, si hubiere lugar a ello, por la vía reglamentaria".