vitoria. La historia reciente de Álava no recuerda un caso semejante al ocurrido ayer en el número 7 de la calle Landaberde, con dos cadáveres, aunque si guarda casos recientes de violencia de género que estremecieron a los ciudadanos de todo el territorio. La referencia más cercana en el tiempo data de mayo del año pasado, cuando la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Álava dictó sentencia contra C.G.M.O., de 74 años y vecino de la localidad de Baños de Ebro, a quien condenó a ocho años y nueve meses de prisión tras considerar probado que había matado a su mujer. Una tragedia que se agravó al conocerse que la víctima había sufrido once años de malos tratos antes de morir a manos de su marido y verdugo.

El grado de ensañamiento de aquel crimen quedó totalmente ilustrado por la manera en que C.G.M.O., "autoritario" y "posesivo" en palabras de sus propios hijos, acabó con su mujer. El 15 de agosto de 2008, el agresor bajó a desayunar, vio que su mujer estaba en la cocina y, al comprobar que ésta no le daba los buenos días, cogió un cuchillo de cocina de 14 centímetros de hoja y le asestó de 22 puñaladas, tres de las cuales resultaron mortales de necesidad. Una asombrosa frialdad que más tarde mantuvo intacta cuando llamó por teléfono al domicilio de su hija y habló con su yerno para informarle "con voz y tono normales" de que su mujer estaba muerta y que él se estaba muriendo. Su predicción resultó equivocada, ya que las heridas que se autoinfligió con el mismo cuchillo no le mataron. Su escasa entidad y la rapidez con la que acudió la Policía al lugar evitaron su fallecimiento e hicieron posible que fuese la Justicia la que determinara su destino.

Tampoco Victor Manuel Martín, más conocido como El Viki, pudo evitar que los tribunales le condujeran en abril de 2009 a pasar 19 años recluido en prisión por matar a su mujer, Asun Villalba, en el piso que ambos compartían en el barrio gasteiztarra de Sansomendi. El crimen tuvo lugar el 2 de junio de 2007 después de una larga y salvaje noche de juerga en la que no faltaron ni el alcohol ni las drogas. El fin de fiesta, después de que ya por la mañana ambos hicieran el amor y decidieran pasar el día juntos en el pantano, no pudo ser más macabro. El Viki inició una discusión porque, de repente, echó en falta dinero en su cuenta bancaria. De las palabras pasó a los golpes y de los golpes a dos puñaladas. Una de ellas le perforó el pulmón izquierdo y le provocó la muerte. Asun Villalba se desangró en el portal de su casa, tratando de salir a la calle en busca de ayuda.

Pendiente de enfrentarse a la Justicia permanece el expolicía B.M.M., imputado por la muerte de su ex mujer, también funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía, cuyo cadaver apareció en el río Ebro a la altura del municipio de Baños de Ebro. La titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer de Logroño acordó en enero del año pasado dejar al único sospechoso de la muerte en libertad provisional tras el pago de una fianza de 15.000 euros. El hombre, que pasó más de dos meses en prisión, fue liberado después de que la magistrada considerara que ya no podía destruir pruebas relevantes en la investigación.