Las puertas de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) no se cerraron ayer ni un solo segundo. Poco importaba que fueran las nueve de la mañana, que los termómetros de la capital alavesa marcaran dos grados de máxima o que fuera incluso sábado, el día de la semana que, por excelencia, el campus alavés se convierte en poco menos que una ciudad fantasma.
Desde primera hora , el edificio del campus se convirtió en un hervidero de chavales de 17 años, acompañados de su séquito de confianza: la ayuda inestimable de padres, amigos y compañeros de aulas. Cualquier asesoramiento era poco para guiar los pasos del verdadero camino profesional, aquel que no entiende de atajos en busca de un sueldo fácil ni mucho menos de abandonos o arrepentimientos por haber cruzado la meta errónea.
Se estima que cerca de medio millar de personas pisó por primera vez esta facultad vitoriana sin un minuto que perder durante toda la mañana. Una ginkana laboral, formada por 26 escuelas universitarias distribuidas en tres territorios diferentes: Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, que había que hacer a contrarreloj. No en vano, cuando las manecillas del reloj marcaran las 14.30 horas se clausuraba esta feria de orientación universitaria alavesa, cuyo objeto es ayudar a elegir la carrera a alumnos preuniversitarios que tienen que hacer la preinscripción en marzo.
Infórmate de todos los grados en una sola jornada es el lema de este acto, que tomó el testigo a Gipuzkoa y que continuará el próximo sábado día 29 en Bizkaia. La sesión informativa sobre cómo acceder a la universidad fue el pistoletazo de salida a esta jornada maratoniana. Cinco horas y media por delante para decidir si en la temida matriculación se pondrá la vocación en primer lugar, si el aspirante la podrá, además, cursar en euskera, si le concederán la beca de transporte o de residencia, si puede compaginar la carrera con alguna actividad deportiva, por no hablar del paso por el puesto de posgrados o cómo elegir una especialidad. Estas son sólo algunas de las dificultades a las que se enfrentaron ayer en su primera toma de contacto con el campus. Un entrenamiento para el curso que viene en el que hay que tener pensados todos los obstáculos que puedan surgir. Uno de ellos es el plan B, por si la nota de corte, la media de Bachiller y Selectividad, no alcanza con el grado deseado.
"El año pasado se pasaron por esta feria mil personas, pero este ejercicio, la cifra es incluso superior porque a primera hora, a la sesión de acceso a la universidad, ha venido más gente que otros años", explica Mari Carmen Agirre, del Servicio de Orientación Universitaria.