vitoria. Manzano defiende las cualidades del proyecto frente a las críticas que, sin ir más lejos, han surgido en su propio hospital. El coordinador del HUA cree que el nuevo mapa asistencial de Vitoria está lo suficientemente atado pese al horizonte electoral del año 2013.

¿Cuáles están siendo sus principales preocupaciones a la hora de dar forma al Hospital Universitario?

(Se lo piensa) Ummm... Son tantas (ríe). Lo primero, intentar contagiar en el entorno de los dos hospitales, tanto a profesionales como a usuarios, que éste es un buen proyecto para Vitoria y Álava. Otra preocupación que hemos tenido es buscar la máxima participación, para que los errores que cometamos sean los menores posibles. Que si los hay, no sea por no haberlo analizado o pulsado con los participantes de la asistencia sanitaria y la sociedad, con la que próximamente tendremos contactos.

¿En qué medida mejorará la atención del usuario en el HUA?

Vamos a tener un hospital moderno, de primer nivel, que pretende ser referencia para todo Osakidetza en algunas cuestiones. Aunque a veces parezca contradictorio, podemos hacer un centro más grande, más moderno y mejor organizado donde el usuario tendrá que esperar menos para ser atendido correctamente y con mayor coordinación. Además, hay un porcentaje de población que en el HUA va a tener que desplazarse fuera de nuestra provincia mucho menos que ahora para recibir ciertos tratamientos.

¿Qué ejemplos destacaría?

Por ejemplo, se pretende hacer un servicio de cirugía plástica que ahora no tenemos cubierto en nuestra área. Estamos planteando la posibilidad de que se desplacen a nuestro centro técnicas quirúrgicas que ahora se hacen fuera de la provincia, por ejemplo con la unidad de paciente crítico pediátrico. También la fecundación in vitro, que tendrá un impulso importante.

Han sido meses de intenso trabajo, y supongo que no precisamente fácil por la oposición que el proyecto ha generado aquí en Santiago. ¿Es sencillo abstraerse?

No, porque son compañeros de trabajo los que están defendiendo esa postura, que es absolutamente respeto. Pero creo que somos trabajadores de la Sanidad y también tenemos que respetar las decisiones que toman los que deben decidir. Yo estoy muy a gusto aquí trabajando, Santiago y Txagorritxu prestan una atención de altísima calidad, pero sí creo que estamos un poco limitados para dar un paso más, el que nos permitirá dar este proyecto. Entiendo que los trabajadores de Santiago estén preocupados por lo que va a ocurrir con sus puestos o con el futuro del hospital, porque todos tenemos un sentimiento de identificación con él, pero hay que informarles correctamente del proyecto, de los pasos que se están dando y sus objetivos.

¿Quizá se ha dado una mala comunicación hasta ahora?

No lo sé, yo me comunico con personas de la plataforma [en defensa del Hospital Santiago] y les mando el mensaje, pero otra cosa es que quieran creer lo que estás haciendo. Lo primero que hay que decirles es que no va a cerrarse el Hospital Santiago, que tiene un futuro ilusionante como un centro muy especial, de los que no hay en Osakidetza.

¿Cree factible que puedan utilizarse más zonas del actual Santiago que el único pabellón previsto para el nuevo hospital de crónicos?

No me atrevo a opinar porque no soy experto, pero creo que no habría que rasgarse las vestiduras si hay un buen edificio que no es necesario asistencialmente y se puede utilizar para otros menesteres.

¿Incluso para financiar el proyecto?

Nada de lo que estamos haciendo se financia por sí solo. Hay que buscar las fuentes, aunque gracias a Dios ésa tampoco es mi responsabilidad.

¿Comprende los recelos que ha generado el posible derribo del centro?

Llevo aquí 15 años trabajando y cuando alguien me pregunta digo que soy médico del Hospital Santiago. No me apetece que se tire, pero que yo tenga unas intenciones o unos sentimientos no quita para que, como profesional de la salud, crea que hay formas organizativas que son mejores.

¿Considera que un cambio de Gobierno en 2013 podría dejar el proyecto a medias?

Uno piensa en todas las posibilidades. Ante todo soy médico de Osakidetza, y como tal siempre he pedido a mis directores y a los que estaban por encima de ellos que hay líneas estratégicas en la Sanidad que no pueden interrumpirse con los cambios de legislatura porque necesitan muchos años de consolidación. Ni la población ni los profesionales podemos estar muy influenciados por los cambios políticos porque, si no, esto no avanza.

Cree, por tanto, que el proyecto está lo suficientemente atado.

Espero que sí. Lo creo y lo espero.

En un contexto de recortes en la red sanitaria, ¿se justifica una inversión tan grande como la que se está barajando, de más de 120 millones?

Hay dos aspectos en la atención sanitaria que son los más costosos: los problemas organizativos y la falta de seguridad. Si lo que vamos a hacer es un proyecto que va a mejorar ambos aspectos, es barato en el tiempo. Así de claro.