MADRID. El cargamento de estupefacientes llegó al Puerto de Algeciras (Cádiz) procedente de Guayaquil (Ecuador) camuflado entre veinte toneladas de plátanos macho reales. Los narcotraficantes pretendían, de esta forma, que la droga pasara desapercibida introduciéndola en plátanos de mentira distribuidos entre piezas de fruta auténticas repartidas en diferentes cajas.

La operación se inició a principios de 2010 cuando la Policía Nacional localizó en la Costa del Sol a varios miembros de un grupo de narcotraficantes que traficaban con grandes partidas de cocaína en las localidades malagueñas de Benalmádena, Torremolinos, Fuengirola y Marbella.

Desde el principio de la investigación, en la que además del cuerpo de seguridad nacional han participado agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Comisaría de Marbella y la Agencia Tributaria, se estableció la vinculación de estas personas con dos empresarios de Madrid quienes, presuntamente, facilitaban la infraestructura necesaria para la introducción de la sustancia estupefaciente en nuestro país.

Los agentes relacionaron al principal responsable del grupo, asentado en Benalmádena (Málaga), con ambos empresarios. Además, averiguaron que este individuo era el responsable de mantener los contactos directos con los carteles colombianos y que él mismo se desplazaba hasta la selva colombiana para preparar los envíos de droga.

DROGA OCULTA EN PUNZONES DE PLÁSTICO El caso de la cocaína oculta en plátanos de plástico no ha sido el único novedoso en lo que al método de ocultación de droga se refiere, que ha tenido lugar recientemente. Agentes de la comisaría de Mataró (Barcelona) han encontrado medio kilo de cocaína de gran pureza camuflada en el mango de diez punzones metálicos.

La complejidad del escondite de la droga ha hecho necesaria la colaboración de un metalista para descubrir el escondite empleado por los narcotraficantes. Una vez abiertas las empuñaduras de los utensilios se localizó en su interior una sustancia pulverulenta prensada de color blanco, que resultó ser medio kilo de estupefaciente.

La operación se ha saldado con un detenido que presuntamente se encargaba de importar la droga desde Sudamérica, adulterarla en su domicilio y posteriormente distribuirla a consumidores de diferentes localidades del Maresme (Barcelona).