barcelona. El asesino de Olot (Gerona), Pere Puig, que presuntamente mató a tiros a cuatro personas el 15 de diciembre, no estaba arruinado, según se desprende de la documentación solicitada al banco por la acusación particular.

Puig tenía 30.000 euros en dos cuentas a plazo fijo: una de ellas vencía el 4 de enero y la otra el próximo 31 de agosto. Ninguna de estas cuentas ni tampoco su cuenta de ahorro, donde solo había 6 euros, son de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), donde trabajaban dos de las víctimas.

El abogado de la acusación, Carles Monguilod, pidió al titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Olot, que investiga el caso, que transfiera esta cantidad a una cuenta corriente del juzgado cuando venzan los plazos y que los intereses de estas cantidades se retengan y pongan a disposición del juzgado.

El primer examen médico-forense practicado a Puig constata que el acusado no presentaba antecedentes psiquiátricos, no tenía ideas delirantes ni ningún otro síntoma psicótico y reconoce los cuatro asesinatos que se le imputan, aunque se muestra "ambivalente" respecto a las consecuencias de sus actos. La abogada de la defensa también solicitó otro informe médico del acusado, que aun no se ha practicado.

Albañil de 57 años, Puig mató presuntamente a tiros al dueño y al hijo de la constructora Tubert, en la que trabajó durante años y poco después, asesinó a dos empleados de una sucursal de la CAM. El mismo día, el agresor reconoció la autoría de los crímenes ante los Mossos.

En su declaración ante el juez, el 17 de diciembre, Puig explicó que mató a su jefe, propietario de construcciones Tubert, porque no le pagaba y le debía unos 2.300 euros, y porque lo tenía en su interior "como si fuera una serpiente" que le dominaba.