madrid. El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, dijo ayer en su homilía en la Misa de la Familia celebrada en Madrid que el aborto y la eutanasia son la manifestación de una crisis "mucho más honda" en sus causas que la económica o la política, e invitó a las familias a ser la esperanza para Europa en una de sus horas "más dramáticas".

Más de un millón de personas llegadas de diferentes puntos de España y Europa, según fuentes de la organización, siguieron la celebración presidida por Rouco Varela en la plaza de Colón. Sin embargo, la asistencia disminuyó respecto a ocasiones anteriores.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española opinó que no es posible ignorar a la familia si se quiere construir una sociedad libre, justa y solidaria. "Siempre que se cuestiona o se niega la verdad del matrimonio y de la familia en la teoría y en la práctica, las consecuencias negativas no se hacen esperar" y, así, "se ciegan las fuentes de la vida con la práctica permisiva del aborto" o "se banaliza con la eutanasia (...) la responsabilidad de vivir y de respetar la vida del prójimo", dijo Rouco.

Además, las relaciones sociales se hacen "frías y distantes", la sociedad se "envejece" y la crisis demográfica "amenaza y pone en peligro el futuro de nuestros marcos de vida y bienestar económico y social", agregó.

Sin embargo, la portavoz del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, defendió que la familia no sufre "ningún tipo de crisis" y que lo que existe actualmente en España son "familias plurales", en las que "lo que importa es defender los valores de igualdad y de libertad" de cada uno de sus miembros.

Además, Valenciano lamentó que los obispos no vayan al mismo ritmo que la sociedad española y se nieguen a tolerar "nuevos modelos de familias". "La jerarquía eclesiástica es enormemente misógina y no comprende la evolución del papel de las mujeres en la sociedad", explicó.

Según Rouco, todo esto está sucediendo en las sociedades europeas. Para el arzobispo, el aborto o la eutanasia son manifestaciones de "una crisis mucho más honda en sus causas que las que se detectan en los campos de la técnica y de la acción económica, social y política".

Causas que, resaltó, "tienen que ver con la familia: con su fortaleza interna y con las posibilidades económicas, sociales, jurídicas y culturales de poder ser afirmada y realizada en la integridad de su verdadero ser".

Los fieles también asistieron al saludo de Benedicto XVI en el tradicional ángelus, quien les pidió que sean servidores del amor que "acompaña y defiende la vida".

El Papa invitó a las familias cristianas a "ser fuertes en el amor y a contemplar con humildad el Misterio de la Navidad" que se convierte en "escuela de vida familiar y fraterna" y pidió para que la Sagrada Familia de Nazareth sea el ejemplo de cada familia cristiana como "auténtico santuario de fidelidad, respeto y comprensión".