Vitoria. No hay sorpresas respecto al perfil del cliente que se anima a comprar productos de comercio justo. La persona portadora de estas bolsas, al igual que la que sale con ellas de los comercios convencionales, vuelve a tener rostro femenino. Ellas son las que disfrutan de una jornada maratoniana de tiendas sin que sea de una compra por necesidad, pero también las que no se olvidan de actuar de manera solidaria y sostenible cuando lo ven necesario.
Los locales de comercio justo de la capital alavesa consultados por este diario explican que el retrato robot del cliente de este tipo de locales responde al de una mujer, de unos 40 años de edad, con un nivel adquisitivo medio "ligeramente alto". A esta conclusión han llegado en puntos como Intermón Oxfam y Medicus Mundi, si bien este último destaca que no es raro escuchar al clásico hombre que escuda su entrada a la tienda con el clásico "me ha mandado mi mujer a por el azúcar". Es decir, que ellos también pueden tener su lado solidario, aunque en este caso también sean ellas las que tiran del carro.
En el punto de venta que la ONG Setem tiene en el Casco Medieval, mientras, han percibido un cambio en los últimos tres años. "Ahora entre nuestra clientela fija también hay familias jóvenes que vienen aquí a por el café o cacao en cuanto se les acaba en su casa", matiza Lut, responsable de sensibilización de esta asociación sin ánimo de lucro.
el perfil del voluntariado Pero las féminas no sólo son las que más abundan a la hora de entrar y comprar en estas tiendas, sino que su solidaridad también la demuestran en el voluntariado, donde vuelven a ser mayoría. En este sentido, en Setem puntualizan que colaboran tres féminas y un hombre, todo ellos de "entre 25 y 30 años". En el caso de Intermón Oxfam, afirman que es una trabajadora joven pero, eso sí, "aunque en este sector siempre abundan las mujeres, da la casualidad que en la tienda de Vitoria es donde más hombres hay, con cuatro", detalla Gotzone Olarra, responsable del voluntariado. Será la excepción que confirma la regla.
En Medicus Mundi, finalmente, especifican que hay de todas las edades: "Desde las de 18 años, que estudian y vienen un viernes al mes, a las que trabajan y también tienen turno o incluso jubiladas", añade Itziar Martínez.