MADRID. Durante la operación, según informa la Policía, han sido arrestados también dos "screeners" que, en horarios de baja afluencia de público, realizaban las grabaciones en alta definición con los soportes adecuados para fijarlas y obtener imágenes estáticas, o bien de grabadoras de audio también en la misma calidad.

Las grabaciones eran montadas y subidas a seis sitios web por los detenidos en cuestión de horas tras su aparición en las salas comerciales, y las cien películas de estreno que presuntamente copiaron se habrían descargado en 2.500.000 ocasiones.

Estas descargas, que suponen un delito contra la propiedad intelectual, en su modalidad de piratería cinematográfica, según informa la Policía, les habría reportado importantes beneficios a través de publicidad.

En la operación se han desmantelado cuatro laboratorios audiovisuales en Sevilla y Valencia, que contaban con todo tipo de medios técnicos audiovisuales e informáticos para montar y sincronizar el audio y el vídeo de los estrenos.

Las obras cinematográficas eran grabadas en salas de cine de la Comunidad Valenciana y Andalucía por los "screeners", que sólo grababan el sonido de la película en castellano cuando ésta ya estaba disponible en internet, pero en un idioma extranjero.

Las grabaciones eran montadas en dos laboratorios desmantelados en Sevilla y otros tantos en Valencia, aunque las copias se alojaban en servicios de "hosting" (hospedaje) de servidores en el extranjero por razones de seguridad y prácticas ya que estos datos ocuparían mucho espacio en los discos duros de los laboratorios.

Después, las películas eran publicitadas y comercializadas en internet, donde se anunciaban en diversas páginas a través de diferentes portales, donde se publicaban los enlaces a las películas.

También se ofrecían de forma gratuita multitud de vídeo-juegos o software informático. Según los investigadores, los contenidos estaban muy elaborados, hasta el punto de que cada película se identificaba con su cartel promocional original que, al hacer clic sobre él, ofrecía también los datos técnicos y la sinopsis de la obra, incluso las visitas que hubiera alcanzado.

Los beneficios económicos de estas páginas se obtenían a través de la publicidad por dos modalidades distintas: bien por cada una de los accesos que recibiera dicha web o mediante el envío de publicidad a las direcciones de correo electrónico que se solicitaban a los interesados en descargar los archivos.

Esta publicidad no se contrataba directamente con las empresas anunciantes, que normalmente son muy conocidas, sino con mayoristas a los que se factura en función del número de impactos registrados por un software denominado "contador".

En la operación se han incautado de numerosas vídeocámaras, grabadoras de audio, ordenadores portátiles y discos duros.