La asociación Euskal Fondoa denunció ayer "agresiones y amenazas de muerte" a tres observadores internacionales y un traductor en el juicio contra siete activistas pro saharauis que tuvo lugar el pasado viernes en Casablanca (Marruecos). Itziar Iturri, portavoz del colectivo, relató ayer en Vitoria la situación que vivió durante el juicio contra estos activistas detenidos en octubre de 2009 cuando volvían a España tras visitar los campos de refugiados de Tinduf (Argelia). Los activistas están acusados de "atentar contra la seguridad" de Marruecos y tres de ellos permanecen en la cárcel, mientras que los otros cuatro están en libertad provisional y no acudieron al juicio. Iturri denunció que el ambiente de la sala fue "intimidatorio y vejatorio" hacia los observadores que acudieron al juicio, que fueron cacheados y desprovistos de sus teléfonos móviles y dispositivos electrónicos. Una vez dentro, el único saharaui que había en la sala era el traductor, que recibió amenazas de muerte por parte del público y, en un momento de la sesión, fue sacado en volandas "por un grupo grande de gente", junto con los tres observadores. Tras ser expulsados de la vista, los cuatro fueron "agredidos, escupidos y amenazados", según Iturri.