jerusalén. Israel luchaba ayer con desigual éxito por contener con ayuda internacional el mayor incendio de su historia, en el que han muerto 41 personas y que carecía de medios para controlar en solitario, como reconoció ayer el propio primer ministro Benjamín Netanyahu. "Nuestros medios de extinción de incendios no pueden aportar una respuesta a fuegos forestales de esta magnitud, especialmente con los vientos actuales", dijo en una reunión de su gabinete convocada de urgencia en la sede del Ministerio de Defensa, en Tel Aviv.
Desde primera hora de la mañana fueron aterrizando en el Estado judío aviones y helicópteros apagafuegos, coches de bomberos y unos 150 bomberos extranjeros, enviados por Grecia, Chipre, Gran Bretaña y Turquía, informó el Ejército israelí.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP, gobierno palestino) ha enviado varios camiones apagafuegos a la zona. Se esperaba además la llegada de la cooperación de países como Egipto, Jordania, Francia, Croacia, Rusia, Estados Unidos, Rumanía y España.
La ayuda española, integrada por cuatro hidroaviones de la Fuerza Aérea, despegó hacia las 13.00 hora española de la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), según anunció en Getafe la ministra de Defensa, Carme Chacón.
Los aparatos tenían por delante 19 horas de trayecto con tres escalas técnicas, por lo que en principio llegarán hoy a Israel, señaló la Embajada de España en Tel Aviv en un comunicado.
Los comentaristas y enviados especiales en la zona de los medios israelíes coincidían por la mañana en que los primeros aviones contra incendios foráneos habían mejorado la batalla contra el fuego, pero la situación dista de estar bajo control por los vientos fuertes y la imposiblidad de los equipos israelíes de trabajar de noche, que han borrado el optimismo inicial.
El fuego se encuentra en los alrededores de la tercera mayor ciudad del país, Haifa, concretamente a las puertas de Tirat Carmel, una pequeña ciudad que ya ha sido desalojada.