Vitoria. El deseo del diputado general, Xabier Agirre, de aprovechar el Pleno de Santa Catalina, el último del año, para "intercambiar reflexiones" en beneficio del territorio no se cumplió. En plena soledad política, tras la reciente muerte del bipartito, era lo último que se podía esperar. Los grupos de la oposición arremetieron contra el gobierno foral por demostrar "inestabilidad y debilidad". Y entre todos ellos, arremetió con especial desprecio el PSE, precisamente el partido del que el PNV depende ahora para sacar adelante los Presupuestos de 2011. Pero, aun así, Agirre mantuvo el tipo y, como en el día anterior, huyó de la autocrítica para buscar culpables más allá de su coto.
No fue un Pleno fácil de digerir para el diputado general. El portavoz del PP, Javier de Andrés, consideró que la "dependencia" que tiene el PNV del PSE "ha tenido sus consecuencias". Así que, al final, al mandatario alavés "se le ha ido de las manos el gobierno". El diagnóstico se volvió mucho más duro en boca del representante del PSE, Txarli Prieto. Dijo de Agirre que "no sabe hacer gobiernos, conservarlos, librarlos de sospecha o arreglar conflictos", en referencia esto último a la imputación por cohecho y malversación de fondos del anterior titular de Administración Local, Alfredo de Miguel. Por otro lado, aunque su partido esté dispuesto a buscar el acuerdo presupuestario por el bien del territorio, él, como portavoz de los socialistas alaveses, puso una condición para firmar el pacto: que se revisen los presupuestos de los departamentos que han liderado hasta la semana pasada los diputados -ya ex- de EA: Mikel Mintegi, de Medio Ambiente, y Lorena López de la Calle, de Cultura, Euskera y Deportes. Sin tiempo para recuperarse del vapuleo socialista, Agirre tuvo que afrontar las críticas del portavoz abertzale. Lauren Uría acusó al PNV de "decidir deshacerse de los compañeros que le llevaron a liderar el territorio para ir de la mano de quienes ofrecer recetas como el recorte de pensiones", y le responsabilizó de que vaya a terminar la legislatura "en manos de las fuerzas unionistas".
Para Aralar, el primer grupo que abandonó el ejecutivo foral, la ruptura del bipartito le sabe a repetición y la atribuye a las mismas causas que su salida del gobierno, "el desencuentro total en política fiscal". Precisamente de eso, de política fiscal, habló Nerea Gálvez (EB) para pedir la creación urgente de una comisión que aborde los cambios. El grupo mixto, por su parte, se preguntó si el PNV se siente cómodo con la hoja de ruta "marcada por Prieto".
Llegó el turno de réplica y hubo palabras para todos. Agirre recordó que durante el mandato del PP hubo tres ceses de diputados y de ocho directores en seis meses. Al PSE le dijo que no era día para hablar de gobiernos débiles, tras el batacazo en las elecciones catalanas. Por último, aseguró que la izquierda abertzale histórica, aunque en público criticara el acuerdo PNV-PSOE, en privado "suplicaba su firma porque la alternativa de elecciones anticipadas en Madrid le aterraba".