Vitoria. La primera investigación del Gobierno Vasco sobre la prevalencia de los malos tratos en personas mayores revela una baja incidencia de este tipo de violencia en Euskadi. Aun así, cinco mil ancianos sufren estos abusos, en su mayoría psicológicos, y en otros ocho mil existe sospecha. En total, 13.000 posibles afectados, un 2,4% del total de los 542.188 vascos mayores de 60 años.

A estos datos "extrapolables" concluyen las 1.207 encuestas realizadas en el domicilio de los maltratados que, en su mayoría, tienen rostro femenino, ya que "los casos de mujeres duplican al de los hombres, sobre todo si viven solas y si padecen un grado de dependencia", matizó ayer la consejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta durante la presentación del informe Prevalencia de sospecha de maltrato hacia las personas mayores.

Esta falta de autonomía personal provoca que el cuidador infravalore al mayor, llegándolo a considerar como una carga. No en vano, en tres de cada cuatro cuidadores, el responsable de esta lacra es, en un 50%, el propio hijo, quien responde al perfil de hombre, con más de 40 años, que no vive de forma permanente con la persona mayor y que, además, padece de estrés, en un 41% de los casos.

Este trastorno emocional podría explicar que la violencia se ejerza a través de la palabra. Prueba de ello es que un 50% de las vejaciones lo fue psicológica, frente al 25% de las físicas y del 25% del abandono causado por las malas condiciones de habitabilidad.

El temor a las represalias, como el confinamiento en instituciones o la negación de la realidad hacen imposible que los mayores denuncien su realidad. De hecho, de esas 13.000 posibles víctimas, sólo 5.000 reconocen sufrirlos, mientras para el resto de casos fue necesaria la sospecha de los entrevistadores.

Como medidas, la consejería de Asuntos Sociales anuncia que para el año que viene planea cambiar el sistema de telealarma por el de teleasistencia sociosanitaria. Un servicio que sería universal a partir de 65 años y para menores con dependencia. "La segunda línea de actuación es impartir cursos de formación para los cuidadores", agregó Zabaleta, quien insta a las diputaciones a completar este estudio con el de los mayores en plazas residenciales.