vitoria. El codirector del Observatorio Vasco de Inmigración, Xabier Aierdi, se enfrenta a la situación sin rodeos. Asegura que en el imaginario de la sociedad vasca y en el de cualquier otra sociedad con respecto a los colectivos extranjeros que llegan a su país, con el tiempo siempre se forman una serie de estereotipos: vienen a un territorio que no es suyo, todos son irregulares, no trabaja ninguno, viven de nuestros impuestos y muchos son delincuentes. Discursos falsos, pero que calan en la ciudadanía de forma rápida y sólida. Buen conocedor del terreno que pisa, no se sorprende al conocer las cifras de inmigrantes detenidos en la CAV en lo que va de año. Lo que sí reclama es una lectura "veraz" de los datos, o como se aleccionaba en el colegio, propone sumar peras con peras y manzanas con manzanas.

"Hablamos de un colectivo que se encuentra en una situación socioeconómica difícil, exactamente igual que le sucede a un determinado porcentaje de la población local. Y son precisamente esos dos grupos los que debemos de comparar, porque ambos comparten la misma situación de riesgo. Si contrastamos la tasa de delincuencia de los inmigrantes con la de los autóctonos en su misma situación socioeconómica, veremos que el número de detenciones es similar", puntualiza.

La parte negativa es que el peso del estereotipo es mucho mayor que el de su razonamiento. "Si el año que viene descendiera la tasa de delincuencia y el porcentaje de extranjeros detenidos, la gente seguiría pensando lo mismo porque nos encontramos ante un discurso social, que es la forma que tiene la gente de reducir la complejidad de los problemas. Funciona igual que los estereotipos", advierte.

Como sociólogo al frente del Observatorio Vasco de Inmigración, sabe de la extensión social de estor discursos y de la necesidad de preguntar a los ciudadanos por ellos. "Luego, damos a conocer las conclusiones que se extraen de sus respuestas, porque nunca jamás hay que ocultar los datos. Esta es una de las marcas de Ikuspegi y una de las pruebas de su credibilidad", señala al hablar de las informaciones contenidas en su último barómetro sobre inmigración.

En cuanto a la divulgación de la nacionalidad de los autores de los delitos que tienen lugar en nuestro entorno, Aierdi afirma que "se ha hecho en muchas ocasiones y genera mucha más incertidumbre". "No se ve con los mismos ojos al delincuente local, que es malo pero es de casa, que al otro, que es de fuera y que ni siquiera debería estar aquí. Es lo que va a pensar la gente siguiendo el mismo discurso social anteriormente expuesto", insiste.

A la hora de explicar este confirmado repunte de la intolerancia en Euskadi, Aierdi dirige su mirada hacia la crisis como uno de los factores que pueden ayudar a explicarlo. "En Euskadi no se da una situación de inseguridad masiva, aunque es posible que dentro de su tasa de delincuencia haya una mayor participación de personas extranjeras cometiendo delitos. Es posible y también es probable que se deba a la situación de crisis", asegura. "Pero es que no podemos comparar el nivel de estabilidad social de la población autóctona con el de la extranjera", reitera.

descrédito estratégico También el portavoz de SOS Racismo Araba, Fede García, tiene su propio punto de vista al respecto. Afirma que "los datos relativos a la delincuencia atribuida a personas inmigrantes, por porcentajes, alcance o procedencias, nos hablan a las claras del interés desmedido por poner en solfa año tras año, que la inmigración es una especie de mal endémico, que aporta conflicto y no riqueza, que aporta violencia y no diversidad y enriquecimiento cultural y social". Al igual que Aierdi alude a la crisis al señalar que "en momentos como estos se intenta desacreditar a cientos de miles de inmigrantes de las mas diversas procedencias y culturas envolviéndolos en las nieblas de las dudas y de los delitos, generalmente menores, que sólo una parte de los mismos lleva a cabo".

En opinión de García, no es tan distinta la delincuencia atribuible a los foráneos, como la la de la sociedad de recepción a efectos de sacar "conclusiones aceleradas y generalmente interesadas", que viene a alimentar las "sensaciones sociales menos interesantes". Por ello, desde su agrupación llama a la "prudencia" y a "invertir en lo social, en lo comunitario, en aquello que facilite la inserción sin restricciones de esos miles de ciudadanos y ciudadanas de hecho que vienen contribuyendo al sostenimiento del sistema". Airear datos sobre los niveles de delincuencia sin especificar si también son delincuentes los inmigrantes sin papeles detenidos precisamente por estar indocumentados, resulta a juicio del portavoz de SOS Racismo "arbitrario, injusto e interesado".

"Vaya por delante -matiza- que aquél que comete un delito ha de responder ante la Justicia, sea inmigrante o no, no discutimos esta obviedad. Discutimos que un día sí y otro también se levante la bandera de lo negativo en el ámbito migratorio y se pase por alto casi siempre sus aportaciones objetivas a todos los niveles". "La prudencia -añade- ha de ser la norma que guíe las informaciones relativas a estas cuestiones, ya que lamentablemente alimentan el acervo de rechazo que persiste en una parte de las sociedades de acogida frente a la realidad migratoria".

La polémica en torno a la divulgación de las nacionalidades de los presuntos autores de delitos viene de largo, al menos en lo que a la CAV se refiere. El Ararteko recomendó ya en 2004 no facilitar la procedencia de las personas detenidas "para no alimentar la xenofobia". Desde entonces han surgido problemas en este sentido, como cuando el año pasado el Ayuntamiento de Bilbao destacó por segundo año consecutivo en su balance sobre seguridad ciudadana el incremento de inmigrantes arrestados. Una decisión por la que fue muy criticado.