Vitoria. Audicana, integrante de la comisión de investigación de Santiago, charló con DNA sobre la última de estas realidades antes de pronunciar su ponencia, en la que incidió sobre el "cambio de enfoque" que se ha producido en la especialidad alergológica. En resumen, por la dificultad de encontrar "pacientes alérgicos a una sola cosa" debido a la proliferación de panalérgenos, las proteínas que generan la enfermedad, en fuentes tanto de origen vegetal, como animal, o incluso el polen.
¿Por qué se refiere a los panalérgenos vegetales y al anisakis como patologías emergentes dentro de las alergias alimentarias?
El primer caso de anisakis lo vimos hace aproximadamente diez años, y posteriormente se ha ido siguiendo una línea de investigación en ese sentido. Lo que estamos viendo ahora es que hay muchos casos con pruebas positivas pero que no tienen síntomas, y buscamos aclarar ese panorama. Saber qué pacientes tienen una verdadera alergia al anisakis y cuáles están manifestando una alergia a otras sustancias o alérgenos debido a una reactividad cruzada. Cuando hablamos de alergia a un alimento hay que tener en cuenta que éste contiene una mezcla compleja de proteínas. Y que podemos encontrar una misma proteína en un inhalante del polen, un alimento, una fruta o un fruto seco. Así que ahora ya empezamos a encontrarles la lógica a hechos que antes nos parecían aislados, que es esa alergia por componentes. Esto es lo más emergente, lo cual no quiere decir que sea algo nuevo. Ha cambiado el enfoque, porque es muy difícil ver pacientes alérgicos a una sola cosa.
¿Cómo se distingue cuál es la proteína que genera la alergia?
Además del servicio de alergias tenemos un laboratorio, donde somos capaces de separar las proteínas y enfrentarlas a sueros de los pacientes para ver cuál de ellas reconocen específicamente. Además, la investigación también va en ese sentido del diagnóstico por componentes. En mayo de este año hemos puesto en marcha un diagnóstico de este tipo en Santiago, mediante proteínas purificadas. Cada vez estamos viendo más casos de alergia a vegetales, pacientes que empiezan a tener problemas cuando comen determinadas frutas, luego con los frutos secos, o el maíz, y también son alérgicos al polen. Hay unas proteínas llamadas transportadoras de lípidos (LTP), comunes en el reino vegetal, y hay personas que van sensibilizándose a ellas en distintas fuentes de alimentos.
¿A qué puede deberse que cada vez haya más casos?
Hay muchas teorías. Una, la de la higiene, dice que las poblaciones desarrolladas estamos superando de alguna manera las enfermedades infecciosas y parasitarias y, por eso, nuestro sistema inmune no está tan entretenido y empieza a reconocer elementos extraños en lo que antes sólo consideraba alimentos. También se habla de las formas de cultivo de los vegetales, que cada vez son más intensivas, lo que algunos llaman la venganza silenciosa de las plantas. Éstas empiezan a crear más cantidad de proteínas de defensa que son más alergénicas. Es una línea de investigación muy interesante y puede explicar las diferencias que veo respecto a los diagnósticos de hace 20 años. Entontes, el paciente era sensible o alérgico a una cosa en concreto y ahora tiene problemas con distintos alimentos. Está cambiando el perfil. Con el anisakis, por ejemplo, hay proteínas que pueden estar presentes en los ácaros. La contaminación también puede influir para que la planta genere unas proteínas diferentes.
Viendo las características de la sociedad actual, que va tendiendo a la globalización, a la automatización de muchos procesos o a cuidar menos la alimentación, ¿puede intuirse que esto pueda ir a más?
Tiene que quedar claro que al hablar de la higiene o la forma de cultivar vegetales, éstas son verdades que se han demostrado a nivel de población, no de individuo. Una persona puede seguir una alimentación sana, pero a lo mejor eso no le sirve completamente para prevenir una alergia porque tiene una carga genética. Por otra parte, no podemos extrapolarnos de lo que es la realidad, y es que tenemos los problemas de la alergia pero no los que sufren en el tercer mundo, donde se mueren los niños. Quizá es el precio que tenemos que pagar por nuestra cultura y la alimentación que llevamos.
¿Les sorprende ver tantos pacientes mayores con alergias, cuando el paciente "tipo" suele ser más joven?
La alergia a los vegetales y a los pólenes en más frecuente en los niños y los adultos jóvenes, mientras que la de los anisakis se ve más en pacientes adultos, a partir de los 45 años. Pacientes que nunca habían tenido problemas de alergia, aquéllos que llamamos atópicos o predispuestos. Personas sanas pero que de pronto debutan con un cuadro grave.
¿Dentro de los alimentos, hay alguna alergia que destaque sobre las demás por su gravedad?
Dentro de los panalergenos están las ya citadas LTP, que generan patologías más graves, y otras que se llaman profilinas pero no dan tantos problemas.
¿Cuáles son los síntomas?
La alergia a alimentos se manifiesta curiosamente la mayoría de las veces de forma cutánea, pero cuando hay problemas graves, los cuadros pueden ser más generalizados. Desde problemas respiratorios a hinchazón en la cara hasta la hipotensión.
De vuelta a una alergia más clásica, la primaveral al polen, ¿qué tal se comportó la última temporada en la provincia?
En marzo o abril, cuando se disparó la alarma nacional, aquí había muy pocos pólenes de gramíneas, pero la primavera fue muy lluviosa y las alergias aparecieron con un mes de retraso y en niveles muy parecidos al año anterior.