Vitoria. Con motivo del Día de los Derechos de la Infancia, la Plaza de la Provincia también sirvió de escenario ayer para reivindicar las carencias a las que se ven sometidos todos aquellos menores alaveses que se encuentran en una situación de desprotección grave. Se trata de niños que carecen de un hogar estable, dados los fuertes problemas económicos, malos tratos, situación de prisión o de adicciones de sus padres. Una situación que, por ello, conlleva la retirada de la tutela por parte de los servicios sociales.
Desde hace 13 años, la asociación alavesa Besarka se encarga de seleccionar y formar a todas aquellas personas que quieran abrir las puertas de su hogar a todos estos niños para que no pasen a formar parte de la lista de los menores que se encuentran en centros de acogida.
Es preferible que éstos convivan con una familia que les facilite un entorno lo más natural posible, con el calor de padres, hermanos y tíos. Sin embargo, los voluntarios que así se animen deben de tener en cuenta que se trata de un acogimiento temporal. "Aunque no hay un tiempo mínimo establecido, la finalidad de este programa es que vuelvan con sus padres", explicó ayer Julia Larrimbe, presidenta de Besarka.
Dado que, una vez que los tutores legales cumplan con la condena o con la terapia psicológica, los chavales volverán con su familia biológica. Un motivo por el que, para favorecer el contacto durante todo el proceso, se realizan visitas con los padres. Es por ello que ayer la carpa instalada en dicha plaza celebraba por primer año este evento, que además de sensibilizar a la población, pretende "recaudar fondos para próximas campañas". A ello ayudó la venta de pintxos, la actuación de trikitixa, el taller de cuentacuentos o la verbena infantil, entre otros.