Extractos de uva, ajo, cebolla, tomate, algas y olivas introducidos en los plásticos de los tradicionales envases permiten alargar, como mínimo, un 10% la caducidad de los alimentos frescos. Ésa es una de las conclusiones que devienen del trabajo de siete centros tecnológicos españoles, responsables de una investigación sobre la aplicación de estos elementos naturales en los métodos de conservación de los alimentos. Los avances logrados hasta ahora serán dados a conocer hoy durante una jornada científico-técnica que tendrá lugar en el parque tecnológico de Miñano.

Mari Carmen Villarán, responsable del área de Bioprocesos de Tecnalia Research&Innovation, firma vasca que participa en esta investigación, señaló ayer que esperan concluir sus trabajos el año que viene, momento en que se estudiará la forma de explotar estos envases por parte de empresas de embalaje.

Hasta entonces, el proyecto persigue obtener envases flexibles, con efecto antimicrobiano o antioxidante, que logren una mejor conservación de alimentos como pescados, quesos, embutidos, carnes rojas, frutas o verduras. Así, los experimentos han logrado descubrir que uno de los alimentos más perecederos con los que han trabajado, como pueden ser lonchas de jamón de york, duran entre 10 y 15 días con un envase normal, mientras que si se aplican estos extractos al plástico que lo recubre, su vida útil se prolonga dos o tres días, lo que es "un gran avance", según Villarán.

Por el momento los investigadores están evaluando qué tipo de extractos son más adecuados para la conservación de cada alimento con el fin de ralentizar por ejemplo su oxidación y evitar que transfieran aroma a los alimentos. También han descubierto que algunos de estos aditivos que se añaden al plástico que recubre los alimentos son termosensibles, por lo que están aplicando una nueva tecnología, llamada microencapsulación, que protege ese extracto -ya sea ajo, cebolla, uva o tomate- con una cubierta polimérica.

Siete laboratorios Los siete centros tecnológicos que impulsan esta investigación tienen distintas áreas de especialización, ya que unos se dedican a la investigación agroalimentaria en subsectores de pesca, conservas vegetales y producción hortícolas, otros se centran en seguridad alimentaria y otros trabajan en tecnología alimentaria, de embalajes y medioambiental. Todos ellos constituyeron en 2007 una alianza sin precedentes, bajo el nombre de CEIDe@, para mejorar la conservación de los productos alimentarios, sobre todo aquellos que tienen un escaso tratamiento tecnológico previo a su comercialización en el mercado.

El proyecto pretende dar respuesta a la necesidad de las empresas agroalimentarias españolas de aumentar su competitividad, de ahí que en las distintas presentaciones de esta investigación han constatado ya el interés que ha despertado esta investigación.