madrid. Dos millones de niños viven en hogares en riesgo de pobreza relativa -uno de cada cuatro menores-, según un informe de Unicef, que sitúa a España entre los países con una tasa más alta de pobreza infantil entre los 27 países de la UE, superada sólo por Rumanía, Bulgaria, Letonia e Italia.
"Ser un niño pobre en España no significa pasar hambre, pero sí tener más posibilidades de estar malnutrido; no significa no acceder a la educación, pero sí tener dificultades para afrontar gastos o abandonar de forma temprana los estudios; no significa no poder ir al médico, pero sí tener problemas para pagar algunos tratamientos", explicó la directora del estudio, Marta Arias.
El informe La infancia en España 2010-2011 expone que el 24,1% de los menores de 18 años viven en hogares cuyos ingresos están por debajo del 60% de la media nacional, unos 16.000 euros para una familia de dos adultos y dos niños; ese porcentaje está por encima de la tasa de pobreza de la población total -19,5%-.
Navarra y la CAV son las comunidades donde el porcentaje de menores en riesgo de pobreza es menor las únicas que se sitúan por debajo del 10%. Así, el índice en Navarra es del 6,8% y en la CAV, del 9,3%.
En los hogares con niños en los que los adultos no trabajan el riesgo de pobreza se eleva a un 62,8%, frente al 9,3% de las familias en las que todos los adultos sí lo hacen.
Pero incluso teniendo en cuenta los hogares donde trabajan los adultos, España es uno de los países que presenta un nivel más alto de pobreza. En 2008 se situó en el cuarto estado de la UE con mayor tasa de este tipo de pobreza. "Este hecho está relacionado con la precariedad en el empleo, los bajos sueldos y el empleo a tiempo parcial", señala Unicef, creando los conocidos como "trabajadores pobres".
En los hogares monoparentales y en las familias con tres o más hijos las tasas de pobreza aumentan en 19 y 25 puntos porcentuales, señala el informe, y ve determinante pertenecer a minorías, ser niño inmigrante, menor discapacitado o vivir con personas con discapacidad.
Unicef señala que el nivel de gasto público destinado a familia e infancia se encuentra entre los más bajos de los países ricos y en último lugar entre los europeos, y considera que la reducción de la pobreza infantil es una cuestión de diseño y planificación de políticas sociales.
España es, junto a Grecia, el país de la UE en el que las políticas de trasferencias públicas tienen un menor impacto reductor de la pobreza infantil, expone el estudio, elaborado tras las observaciones realizadas por el Comité de Derechos del Niño sobre la aplicación en España de la convención de la ONU.
El Comité expone que la dispersión de competencias provoca importantes diferencias en la aplicación de la convención a los niños, dependiendo de su lugar de residencia; que existen barreras para el acceso de los hijos de inmigrantes en situación irregular a la salud y educación, y que España presenta "unos indicadores muy preocupantes" en relación con el rendimiento o el fracaso escolar.
El documento de Unicef advierte de los "preocupantes indicadores relacionados con la calidad de la enseñanza y resultados educativos", que "nos sitúan de manera sistemática a la cola de los países de nuestro entorno". El 31% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no ha completado la ESO.
El informe recuerda que el Comité de los Derechos del Niño expresó su "preocupación" por la legislación en el campo de los matrimonios de menores y ha pedido que España eleve al menos a 16 años la edad para casarse. Del estudio se desprende que en 2009 hubo 206 matrimonios en los que al menos uno de los contrayentes era menor.