vitoria. Al otro lado del parque de Arriaga, los vecinos sólo saben de la Policía de barrio que ha aumentado de 36 a 65 agentes para cubrir toda Vitoria. Pero ellos, en su día a día, no ven a ninguno. Una situación que ha comenzado a desesperarles porque últimamente se suceden los asaltos en domicilios y garajes. "Una mujer bajó hace poco a comprar el pan y al volver se encontró la cerradura forzada. Otra estaba cocinando, oyó ruidos en la entrada, y cuando se acercó a la puerta pensando que era el marido, sorprendió al ladrón, que salió huyendo", ejemplifica el portavoz de la asociación del barrio de Lakua-Arriaga, Ángel Lamelas. Por desgracia, como esos casos hay otros tantos que están corriendo de boca en boca, y que se han visto apuntillados por la agresión la semana pasada a una joven prostituta. Por eso, el representante tiene claro que urge la presencia real de municipales para atajar la delincuencia.

La solución que le ha dado el concejal de Seguridad Ciudadana, José Manuel Bully, no le gusta. "Se nos dijo que de forma inminente contaríamos con dos agentes, pero uno para el turno de la mañana y uno para la tarde y compartidos con Abetxuko", critica Lamelas. Mientras tanto, en Lakuabizkarra continúan a la espera. "Aquí la Policía de barrio tampoco se ve, y aunque no sabemos si los robos han aumentado, existe una preocupación", admite el portavoz de los vecinos de esta zona de la ciudad, Carlos Sevillano.

Ambas asociaciones denuncian, además, que Bully les niega sistemáticamente información sobre las intervenciones policiales en sus barrios. "Se lo hemos pedido tres veces en lo que va de año en el Consejo Territorial, con el propósito de colaborar para crear un plan de seguridad, y nada", sostiene Sevillano, quien, al igual que Lamelas, solicita una "auténtica coordinación" con las fuerzas de la Ertzaintza.