valencia. Juan, de cinco meses, se ha convertido en el primer bebé concebido en el mundo con la ayuda de un nuevo método de selección embrionaria, el EmbryoScope, que aumenta en un 20% las posibilidades de éxito de la fecundación in vitro (FIV) y disminuye el riesgo de embarazo múltiple y de aborto.

El pequeño, que nació el pasado 4 de junio en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, compareció ayer en rueda de prensa junto a sus padres, Ana y David, el presidente y fundador de Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), José Remohí, la ginecóloga Carmina Vidal y el biólogo Marcos Meseguer.

El EmbryoScope es una incubadora que permite observar al embrión segundo a segundo, desde la fecundación hasta la transferencia al útero de la madre, lo que permite una mejora de los resultados de implantación embrionaria y un mayor número de embarazos empleando una técnica no invasiva.

Remohí y Meseguer coincidieron en que esta tecnología, que supone una "revolución" y es el "futuro", ha sido utilizada en humanos por primera vez en el mundo en el IVI.

La madre del bebé, de 31 años, explicó el "largo proceso" hasta el nacimiento de "Juan, el deseado", y señaló que se trata de un niño "muy risueño, simpático y muy cariñoso". "Estoy orgullosa de que mi bebé sea el primero en el mundo en haber sido gestado con este método, pero más porque gracias a esta técnica muchas mujeres van a poder realizar sus sueños", indicó Ana. El padre, de 30 años, manifestó estar "más asustado que el niño". Ana y David se casaron hace tres años y pronto decidieron tener familia, pero a la madre le diagnosticaron una "esterilidad primaria", por lo que acudieron al IVI, donde tras realizarle tres inseminaciones sin resultado optaron por una FIV.

La ginecóloga Carmina Vidal explicó que en un primer tratamiento FIV se utilizó una incubadora convencional y sólo se seleccionó un embrión, pero en el siguiente ciclo se obtuvieron seis y todos fueron incubados en el EmbryoScope. De esos seis, sobrevivieron cinco: dos se transfirieron a la madre y tres se vitrificaron, para permitir nuevos embarazos en el futuro.

El biólogo Marcos Meseguer, que dirigió las investigaciones sobre la incubadora, apuntó que el EmbrioScope ha permitido "ir más allá" y determinar que los embriones que se dividen entre las 24 ó 28 horas tienen una tasa de implantación entre un 15% y un 20% superior que los que lo hacen en más tiempo. Meseguer destacó la importancia del oxígeno que consume el embrión, ya que cuanto mejor respire más posibilidad hay de implantación. Además, reflejó que con esta incubadora el embrión se desarrolla mejor porque no es necesario manipularlo, ya que al hacerlo "la temperatura cambia, le da la luz y al cambiar sus condiciones no está a gusto".