bilbao. En el aire de la ciudad se respira, además de una inmensa alegría, un potente aroma a incógnita. Orduña se pregunta quién será el agraciado con nueve de los doce millones de euros que el Cuponazo ha repartido en la localidad. Miguel Ángel Rey, vendedor de la ONCE confirma no conocer su identidad.
De todas maneras, y como suele ocurrir en todos estos casos, la rumorología se ha disparado y los comentarios se sitúan en el barrio de Otxomaio, en un señor de avanzada edad que suele jugar al Cuponazo. Pero, de momento, todo son habladurías, rumores que fundamentados o no, no se saben si corresponden a la realidad.
Miguel Ángel Rey, vendedor de la mayoría de los boletos premiados, desconoce su identidad. "Puedo saber más o menos a quién he vendido el número, pero ya quedarme con la serie de cada boleto es imposible, así que no sé quién será el afortunado". Por su parte, Manoli Giménez se muestra convencida de que en su bar no se ha vendido el boleto con mayor premio. "Aquí seguro que no se ha vendido el premio gordo", comenta. A su vez, una señora opina disimuladamente que el nuevo millonario podía residir en el barrio de Otxomaio y que era un comentario bastante extendido por la ciudad, casi tanto como la alegría por el premio.
Aparte de la duda sobre la identidad del nuevo millonario, muchos orduñeses, también tienen en su mente qué harían con tal suma de dinero. Mientras, algunos de los afortunados con premios menores, son conscientes de que el dinero que les ha tocado les permitirá cambiar de coche o tapar agujeros. Al ponerse a pensar en qué harían con tal suma de dinero dudan y algunos comentan que directamente no sabrían qué hacer. Manoli Giménez lo tenía claro: "Es muchísimo dinero, yo con él me jubilaba y daría parte del premio a mis hijos".
Mientras, Manoli imagina la situación, en algún punto de Orduña, el agraciado estará alegre, emocionado, asumiendo la situación y pensando qué hacer con el dinero. Bendita preocupación.