Madrid. La Guardia Civil detuvo a un empleado del geriátrico Virgen del Consuelo de Cienpozuelos (Madrid) tras la muerte este sábado de dos ancianos enfermos, que fallecieron después de pasar varias horas desatendidos en una furgoneta de transporte, según informó un portavoz de la Benemérita.
Los ancianos, que padecían demencia senil y se movían en silla de ruedas por su discapacidad, pasaban el día en la residencia de ancianos y luego dormían en sus domicilios. Pero este sábado no llegaron a sus casas, por lo que sus familiares acudieron al centro al no recibir noticias de ellos. Entonces se inició su búsqueda, que concluyó cuando descubrieron los cadáveres de los dos ancianos, de 81 y 87 años, en el interior de la furgoneta de transporte del geriátrico. La Guardia Civil detuvo a última hora de la tarde del sábado a un empleado de la residencia, acusado de sendos delitos de homicidio por negligencia. Posteriormente pasó a disposición de un juez de Valdemoro.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid explicaron que la magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Valdemoro, en funciones de guardia, abrió diligencias previas para esclarecer los hechos.
El detenido, según la declaración que hizo ante la Policía, se deistrajo cuando le hicieron una llamada inesperada que le "despisto de la rutina" diaria, olvidándose de que aún tenía a dos ancianos en la furgoneta que trasladar. Fue pues to en libertad con cargos tras prestar declaración en la que reconoció los hechos
La Policía Judicial informó el domingo al juzgado de que el procesado había sido puesto en libertad, toda vez que en su primera declaración había reconocido los hechos, tiene arraigo en la zona y no hay riesgo de fuga.
La magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 6 de Valdemoro, que se encuentra a la espera del atestado policial y de los correspondientes informes forenses, llamará a declarar al detenido en calidad de imputado en el momento procesal oportuno.
responsabilidad El director del geriátrico, Luis Miguel Aranda, pidió ayer disculpas a las familias de los dos ancianos fallecidos en el centro tras pasar varias horas desatendidos en el interior, a la vez que admitió su completa responsabilidad en los hechos del pasado sábado.
En una comparecencia ante la prensa de más de siete minutos de duración, un Luis Miguel Aranda visiblemente nervioso admitió "ser el único responsable" de "un error que ha traído unas consecuencias trágicas" y del que pidió perdón a las familias, que fue a las primeras que avisó junto a la Guardia Civil. Del mismo modo, pidió disculpas también al personal de la residencia, al entender que ha "estropeado su trabajo diario".