MADRID. Labordeta nació el 10 de marzo de 1935 en Zaragoza y, después de terminar el Bachillerato en el Colegio Alemán de la capital aragonesa, se matriculó en Derecho, aunque abandonó esta carrera y terminó licenciándose en Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza.
Durante su estancia en la universidad, José Antonio Labordeta comenzó a frecuentar las tertulias del Café Niké de Zaragoza, que se convirtió en núcleo, referencia y punto de encuentro de la cultura zaragozana y aragonesa durante la segunda mitad del siglo pasado.
Como fruto de esta actividad, nació la revista 'Orejudín', editada entre 1958 y 1959 y en la que dio sus primeros pasos literarios. Más adelante, y al amparo de la Tertulia del Niké y de la Oficina Poética Internacional (OPI), publicó diversos cuentos, poemas y artículos.
Después de dos años de lectorado en la Universidad de Provence (Francia), preparó las oposiciones de Enseñanzas Medias como profesor de Geografía, Historia y Arte y, tras ganar estas oposiciones, se desplazó a Teruel para trabajar en el Instituto Ibáñez Martín.
Allí pasó siete años junto a su mujer, Juana de Grandes, con quien tuvo dos hijas, Ana y Angela, y a las que se uniría Paula ya en Zaragoza. Durante esta etapa, fue profesor de los periodistas Joaquín Carbonell y Federico Jiménez Losantos, entre otras personalidades.
LA 'CANCIÓN ARAGONESA'
Según el investigador y profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza, Antonio Pérez Lasheras, en 1968 nació la llamada 'Canción Aragonesa' después de la publicación del primer disco conjunto elaborado por Labordeta y varios de sus alumnos.
"Este disco era el producto visible de un esfuerzo colectivo de gentes que, anónimamente, iban haciendo textos y músicas y que, con aire clandestino, cantaban en los días de fiesta colegial", aseguró Antonio Labordeta en su obra autobiográfica 'Tierra sin mar' (1995).
A principios de los setenta, participó en la fundación y el desarrollo del periódico quincenal 'Andalán', ideado para conformar una conciencia aragonesista de izquierdas "en unos años cubiertos de amargura" que "caían como muertos" sobre el cantautor y sus amigos.
En 1970, se desplazó a Zaragoza, donde continuó trabajando como profesor y creó una sección fija en el periódico 'Andalán', que, según el profesor Pérez Lasheras, "representa el despertar de la conciencia social y cultural" en Aragón, la "tierra sin mar".
CON LA MOCHILA A LA ESPALDA
Ya en los ochenta, cuando los cantautores desaparecían, decidió dejar las clases y dedicarse profesionalmente a la canción, labor que compaginó con la interpretación, tanto en cine como en televisión, y con la redacción de artículos y columnas de carácter periodístico.
En 1995, volvió a la televisión al frente del programa 'Un país en la mochila', una serie de 29 capítulos, escrita y dirigida por el propio autor, con la que se hizo un hueco en el imaginario colectivo y que le llevó por las zonas rurales más desconocidas de España.
En su faceta como escritor, destacan poemarios como 'Sucede el pensamiento' (1959) y 'Dulce sabor de días agrestes' (2004); novelas como 'Cada cual que aprenda su juego' (1974) y libros de memorias como 'Aragón en la mochila' (1983) y 'Regular, gracias a Dios' (2010).
SUS AÑOS EN EL CONGRESO
En los últimos años de su vida, Labordeta destacó como diputado de la Chunta Aragonesista (CHA) en las Cortes de esta comunidad y en el Congreso de los Diputados, donde se convirtió en portavoz del Grupo Mixto y se consagró como político de referencia entre 2000 y 2008.
Durante esta etapa, el autor se convirtió en el acicate de la izquierda aragonesa gracias a su férrea oposición a la Guerra de Irak (2003) y al 'Plan Hidrológico Nacional' del Gobierno 'popular' (2000-2004), con quien tuvo diversos enfrentamientos en la Cámara Baja.
Sin embargo, Labordeta terminó abandonando la política como consecuencia de un cáncer de próstata. Desde entonces, se dedicó a escribir y a disfrutar de la compañía de su familia y sus amigos en su casa de Zaragoza, donde recibió regalos y cariño hasta su muerte.
PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS
Entre los premios y reconocimientos, el Gobierno de España le concedió el Premio de las Artes y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, galardón que recibió en enero de este año, en su domicilio en Zaragoza, de la mano del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.
Además, en marzo fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza, mención que caló hondo en Labordeta, referente de la cultura aragonesa gracias a su compromiso constante con la educación y la cultura. La Universidad de Zaragoza le entregó esta distinción por "el carácter universal de un hombre cuya vida ha estado comprometida con la educación, la cultura y el pueblo".
Este mismo año, en mayo, presentó a los medios de comunicación en su domicilio su último libro, 'Regular, gracias a Dios', y, en el mes de junio, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) le entregó su Medalla de Honor como homenaje de sus compañeros de profesión a toda su trayectoria. También fue homenajeado en el IX Festival Internacional de Poesía del Moncayo.
En julio, el Consejo de Ministros decidió concederle la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que le entregaron en un acto muy emotivo celebrado en su domicilio en la capital aragonesa, el pasado 6 de septiembre, el ministro de Educación, Angel Gabilondo, y la ministra de Defensa, Carme Chacón.
Uno de los últimos reconocimientos le llegó del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cariñena que ha lanzado una edición especial de mil botellas de un vino Gran Reserva en honor al cantautor y escritor aragonés. Para la Denominación de Origen Cariñena, Labordeta es "uno de los aragoneses gran reserva que tenemos".