vitoria. Desde Bruselas auguran perspectivas negativas para el futuro económico de España. ¿También para Euskadi?
No. En Euskadi, el comportamiento de la economía está siendo distinto porque lo es su tejido productivo. Aquí está mucho más basado en la industria y existe toda una tradición en un modelo de economía social muy relevante como es el cooperativismo. Este movimiento contribuyó a situar Euskadi mucho más en el mundo y abrió brecha en muchas ocasiones en la interrelación de la economía vasca. Las tasas de desempleo y paro nos separan seis puntos como mínimo. Del 12% al 18% con respecto a la tasa media del Estado. Tenemos unos parámetros más europeos.
Septiembre 2007. Inicio de la crisis. 94.000 parados en la CAV. Hoy 130.000. En agosto creció en 3.400. ¿Podemos asumir este crecimiento del paro contando con que la crisis seguirá generando más desempleo?
El crecimiento del paro no está siendo exponencial sino que se corresponde con los momentos de mayor virulencia de la crisis. El primer semestre de 2009 fue el peor también en Euskadi. Ocho de cada 10 parados de 2009 se produjeron en esas fechas. ¿Por qué? Porque corresponden al periodo de más intensidad de la crisis. El año pasado, en agosto teníamos el doble de trabajadores en expediente de regulación de empleo; había 49.000 pasados cuando ahora tenemos la mitad. Todavía vivimos tasas de destrucción de empleo porque aún no está creciendo la economía a un ritmo que genere empleo. Pero si a 31 de enero de 2010 teníamos 135.000 parados, hoy en Euskadi contamos con 129.000. Se destruye empleo, pero también se genera. No hay que tirar nunca las campañas al vuelo ni muchísimo menos, hay que ser hay que ser muy vigilantes ante los vaivenes que se dan no sólo en Europa, sino en el mundo que apuntan a temores hacia la recesión, vuelta atrás. Es un momento muy delicado en la economía mundial. Lo que hay que hacer es sentar bases sólidas de nuestras empresas para que sean competitivas sobre todo en el exterior. Y en la medida en que estén vinculadas al resto del Estado, pero también a Europa, podamos seguir manteniendo la posición actual.
Euskadi es la única comunidad que no tiene la transferencia de Empleo. Le he oído decir que llegará este mes. ¿Lo hará completa?
Desde la toma de posesión del Gobierno nos planteamos como objetivo político irrenunciable la transferencia de las políticas activas. No por ninguna razón extemporánea sino por considerar que las políticas activas son el instrumento fundamental en todos los países para mejorar la posición de los trabajadores y de los desempleados. En la medida que el Estatuto nos confiere esa potestad, y no sólo la gestión sino la ejecución de las políticas activas planteamos la negociación. Sabíamos que no sería fácil. Por eso, no sólo hemos trabajado en lo que va a contener el documento de la transferencia, sino en lo que a mi me parece más importante
¿En qué?
En diseñar un modelo vasco, un Servicio Vasco de Empleo que sirva para el presente y el futuro, que tenga prestigio ante los desempleados, los trabajadores y las empresas. La idea que debemos de trasladar a la sociedad es que cuando una persona va a un servicio de empleo, seguramente no salga con un contrato debajo del brazo. Lo que tiene que ofrecerle es una caja de herramientas lo suficientemente útil para que su posición para encontrar un empleo sea mucho mejor. La formación debe ser un tema importante para lo requieren las o puedan demandarlas empresas; no ser un entretenimiento para los ciudadanos
¿Por qué el PNV reclama 480 millones y el Gobierno Vasco y Rodríguez Zapatero lo tasan en 300?
Siempre he dicho que el suelo de esta transferencia era 300 millones; que no podía ser menos, que un cifra menor no era discutible en la negociación. Las políticas activas no son sólo una cosa, son varias. Política activa es la formación, la intermediación, pero también es política activa las ayudas a la contratación, lo que se llama las bonificaciones. Algunas de estas políticas activas están afectas a dineros de presupuestos generales del Estado, otras a los del Fondo Social Europeo y otras a la Seguridad Social. Algunas de estas políticas son de más compleja negociación que otras. Pero de mi boca nunca se ha escuchado decir que el límite eran 300 millones o 320. Como gobierno nunca hemos renunciado al cien por cien. ¿Cuál es la diferencia? En cómo se cuantifiquen las bonificaciones.
¿Cree que se debe aceptar esa transferencia aunque la negocie el PNV? ¿Qué papel juega el PSE?
Bienvenido el PNV al logro de la transferencia. No voy a discutir los esfuerzos que haya hecho. Tampoco admito que se dude del esfuerzo que hemos realizado. Aunque hay un partido -el PNV- que ha formado parte, la negociación la ha llevado el Gobierno del PSOE y aquí será el ejecutivo de Lakua quien la reciba.
¿Con la transferencia se mejorarán las expectativas laborales en Euskadi?
Sin duda. Se pretende primero tener un Lanbide que vaya definiendo aquí la ejecución de las políticas activas. Y hacerlo en colaboración de los agentes sociales, que son los que saben del empleo y desempleo. Además, intervendrán los departamentos de Educación e Industria, porque queremos que la formación sea de calidad y responda a lo que necesita el tejido productivo y empresarial. El interés es que llegue cuanto antes ponerlo en marcha.