londres. A pesar de que las visitas del Papa suelen acaparar y atraer la atención de cientos de miles de personas, con un gran seguimiento por parte de los fieles de la Iglesia Católica, hasta ayer miles de entradas para los actos convocados en su honor seguían aún sin dueño, incluidas las que dan acceso a la vigilia que tendrá lugar en Londres y al oficio que se celebrará en Birmingham para canonizar al cardenal Newman.

La decisión de la Iglesia Católica británica de poner las entradas a un coste de en torno a 30 euros, parece que ha provocado que muchos fieles prefieran ver al Papa desde sus televisores. El coordinador de la beatificación, Jack Valero, afirmó que la asistencia prevista "sigue sin ser tan numerosa como se esperaba, pero estará bastante lleno". Según sus previsiones, unas 50.000 personas acudirán a este evento.

Según una información difundida por la BBC, el mayor de los eventos organizados es una concentración al aire libre en el parque Bellahouston, en Glasgow, prevista para hoy, día de la llegada del Pontífice. Sin embargo, la reducida venta de billetes hizo que la organización redujera a 80.000 personas la previsión de asistentes al evento.

En paralelo, las diócesis de Inglaterra y Gales informaron respectivamente de que aún quedan "miles de plazas vacantes" para la vigilia convocada en Londres el sábado y el acto que se celebrará el domingo en el Parque Cofton de Birmingham para la canonización del cardenal John Henry Newman en el ciento noventa aniversario de su muerte.

los intelecuales protestan Por otra parte, más de 50 personalidades británicas del mundo de la ciencia y las artes, entre ellas el actor Stephen Fry y los escritores Ken Follett o Philip Pullman, criticaron ayer duramente en una carta que el Reino Unido reciba al Papa en visita de Estado.

En la misiva publicada por el diario The Guardian, los firmantes, como el filósofo Anthony Grayling, el científico Richard Dawkins o la política laborista baronesa Tessa Blackstone, argumentan que Benedicto XVI no merece el honor de ese tipo de visita, ya que, como líder religioso y jefe de Estado, "lidera un Estado y una organización que es responsable" de actividades que pueden ser condenables.

Entre ellas, citan "oponerse a la distribución de preservativos u otros métodos anticonceptivas, con lo que se propician las familias numerosas en los países pobres y la propagación del sida, promover la segregación en la educación, negar el aborto incluso a las mujeres más vulnerables, oponerse a la igualdad de derechos para los homosexuales, bisexuales y transexuales y no abordar, reconocer y pedir perdón total por los muchos casos de abusos de menores dentro de su propia organización e institución".

Los signatarios reconocen que, como ciudadano europeo y líder de una religión con seguidores en el Reino Unido, el Papa tiene todo el derecho de entrar al país y viajar por él, pero no merece en cambio el honor de una visita de Estado, que le permitirá ser recibido por la reina Isabel II y reunirse con el jefe del Gobierno, David Cameron, entre otros actos oficiales.

Los intelectuales recuerdan además, como prueba del tipo de Estado que es el Vaticano y de la hipocresía que existe dentro de el, y que éste se resista a firmar importantes tratados a nivel internacional de derechos humano.