vitoria. Siempre llega de manera insospechada y en muchas ocasiones en forma de simple tropezón. El 38,82% de las muertes casuales que analizaron los forenses del Instituto Vasco de Medicina Legal durante el año pasado tuvo como origen una simple caída. En el caso de Álava se registraron exactamente seis fallecimientos por esta causa, la más común dentro del apartado de las consideradas accidentales.
En total, a lo largo del año pasado se contabilizaron 17 muertes imprevistas en suelo alavés. Además de las seis ya citadas por caída hay que sumar otras cuatro por consumo de drogas, una por precipitación, otra por inmersión, una más por sofocación, otra provocada por tóxicos, un aplastamiento y dos incluidas en el apartado de "otras causas". Una cifra muy comedida si se compara con las 122 muertes casuales que tuvieron lugar también durante 2009 en Bizkaia.
Las muertes homicidas no dieron trabajo alguno a los forenses alaveses durante el pasado ejercicio, pero los 21 accidentes de tráfico registrados en el territorio sí. Nueve de ellos fueron atropellos, cuatro choques entre vehículos, cuatro más siniestros en los que sólo se vio implicado un vehículo y con respecto a los cuatro casos restantes el balance no ofrece información.
Los forenses vascos analizaron 515 cadáveres correspondientes a muertes naturales ocurridas en la CAV: 389 tuvieron lugar en Bizkaia, 70 en Álava y 56 en Gipuzkoa.
También es necesario que estos profesionales intervengan para dictaminar la causa de la muerte en caso de sucidio. Durante el año pasado se produjeron 27 dentro del territorio alavés, de los cuales 11 fueron por precipitación, siete por ahorcamiento, dos por sumersión, uno por intoxicación, tres por arma blanca, uno por arrollamiento y dos por "otras causas".
Para ser médico forense es necesario, en primer lugar, haber terminado la licenciatura de Medicina. Después, en España, hay que superar un examen-oposición que convoca el Ministerio de Justicia específico y especializado a nivel nacional. Si se supera éste, se debe realizar un curso teórico-práctico de adaptación de varios meses, tras el cual se adquiere la consideración de médico forense. Los médicos forenses, por tanto, son médicos funcionarios al servicio de la Administración de Justicia.