VITORIA. Álava, hasta ayer, disfrutaba de uno de los veranos más apacibles de los últimos años en lo referido a la propagación de incendios forestales. Pese a las altas temperaturas y a la escasez de precipitaciones que han marcado la climatología del territorio en numerosas jornadas de julio y agosto, las llamas apenas habían hecho acto de presencia en buena medida gracias a la actitud prudente de los ciudadanos. La prohibición de usar fuego en todo el medio natural y agroforestal de Álava vigente desde el pasado 21 de julio ha ayudado, en este sentido, a dejar las estadísticas de hectáreas quemadas reducidas a la mínima expresión a lo largo del último mes.

Claro que, hasta el momento, no habían confluido las altísimas temperaturas que ayer azotaron a la provincia, unidas a la baja humedad y al viento por momentos huracanado que terminó por avivar las llamas desatadas entre Uzkiano y Franco. La Diputación alavesa, justo ayer por la mañana, insistió en la prohibición de quemar rastrojos así como cualquier otro resto vegetal para evitar episodios de este tipo. El medio que, paradójicamente, terminó por desatar el fuego de ayer según las primeras estimaciones.

Según los datos recopilados por la Diputación alavesa, en lo que va de año -sin contar con la previsible afección de ayer a suelo provincial y con que Trebiño pertenece administrativamente a Castilla y León- únicamente se habían calcinado 25 hectáreas de masa forestal en Álava, en un total de 17 incendios. Diez de ellos, además, ni siquiera llegaron a la hectárea de superficie quemada y fueron clasificados como conatos. Más concretamente, hasta ayer, habían ardido en el territorio siete hectáreas de superficie arbolada, diez de matorral y monte bajo y ocho más de pastos. Una minucia si se compara con los varios centenares de hectáreas calcinadas ayer a tenor de las primeras informaciones.

El episodio reciente más peliagudo se vivió en el territorio hace poco más de una semana, concretamente el pasado miércoles 18. Hasta el momento, encabezaba el ranking de superficie quemada en la provincia en todo 2010. El escenario, la localidad riojanoalavesa de Baños de Ebro. Las llamas se llevaron por delante 3,5 hectáreas de pinar en la zona de Bodegas Nuevas, aunque la rápida y eficaz intervención de los servicios de extinción logró evitar males mayores.

Un particular alertó de la existencia del incendio a las 17.30 horas y efectivos del Cuerpo de Bomberos de Laguardia y de Logroño participaron en las tareas de apagado, así como personal del Servicio de Montes de la Diputación alavesa. Para las 19.00 horas, sólo hora y media después, el incendio ya estaba controlado. El fuerte viento reinante en la zona dificultó los trabajos de extinción, aunque no impidió que en ellos colaborasen un helicóptero procedente de Logroño y una avioneta.

Echando un vistazo a las cifras de incendios del pasado 2009, también queda en evidencia que, por suerte, 2010 ha resultado un año bastante tranquilo en este ámbito. Entonces, se declararon un total de 51 incendios en toda la provincia y resultaron calcinadas 732 hectáreas de masa forestal, la mayoría de superficie arbolada (453 hectáreas). En Trebiño, cerca de 3.000 hectáreas fueron arrasadas en el terrible incendio del 22 de julio.