vitoria. Los ataques a humanos y ganado por parte de feroces bestias cuando éstas bajaban al pueblo hambrientas en pleno invierno llenan de escalofríos a los receptores de este tipo de leyendas. En alguna de estas historias, guardadas en lo más profundo de la sabiduría popular del territorio, la inquietud está fundamentada al haber pruebas de aquel trágico suceso. "A una chica le comió el lobo el 24 de diciembre de 1308", informa la estela Araneko Arri, ubicada en una cumbre del macizo del Gorbea. Según este mito alavés, una pastorcilla subió a estos parajes a retirar unas ovejas cuando fue sorprendida por una espesa niebla. Días después, sólo encontraron sus cabellos, que dicen estar representados en la lápida. Éste será el cuento que este año se relatará durante la Caza de la piztia, que se celebra este sábado en Domaikia con el fin de rememorar a otra bestia que atemorizaba el valle de Zuia: una alimaña a la que se le imputaban todos los sucesos de desaparición de niños y ganado.
Por sexto año consecutivo, se escenificará cómo los vecinos de Domaikia consiguen enjaular a ese enigmático animal al que ningún lugareño supo describir con exactitud. Más de un centenar de figurantes saldrán de nuevo en busca de la fiera durante los ensayos generales de hoy y mañana a las 20.00 horas. El montaje final llegará el sábado a las 21.30 horas. Aprovechando la oscuridad que propicia el ocaso, los habitantes pasearán ataviados con los trajes típicos de caseros, iluminados por las antorchas y armados con las herramientas que tradicionalmente se empuñaban para poner fin al miedo que infundían las bestias en las aldeas alavesas.
Sonarán las campanas con toque acompasado y tras ellas, el rítmico sonido de la txalaparta cobrará vida en este recorrido itinerante. La fiera se bajará desde el monte Iruratxi, con un carro tapado con vegetación, para ocultar su misteriosa forma. El momento culminante llegará en la plaza. Las miradas se centrarán en el carro tirado por seis bueyes que transporta a la fiera.
Los dantzaris, acompañados de txalapartas y txistularis, bailarán en diversas ocasiones un akelarre al son del Zeruko Deia, composición de Luis Aramburu, que pretende rendir un homenaje por partida doble. "La coreografía de esta composición la realizó el recientemente fallecido Félix González Petite -columnista de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA- para el Taller de Danza de Manuel Iradier, que en esos momentos dirigía Ibon Azkarraga, también fallecido hace un mes", cuentan desde la organización.
Al final del festejo, la bestia deja sin respiración a más de uno cuando escapa de su prisión. Pero los habitantes de Domaikia no se lamentan por ello. Saben que el año que viene volverán a capturarla.