madrid. El secuestro de los cooperantes españoles Albert Vilalta y Roque Pascual se ha convertido en el más largo cometido por el grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), al cumplirse 267 días, casi nueve meses, del rapto, ocurrido en Mauritania la tarde del pasado 29 de noviembre.

Vilalta y Pascual fueron capturados junto a una tercera española, Alicia Gámez, cuando participaban en el último convoy de la Caravana Solidaria organizada por la ONG Barcelona Acció Solidària (BAS). Gámez fue puesta en libertad por sus secuestradores y llegó a Barcelona el pasado 10 de marzo.

Menos de 24 horas después del secuestro, el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advertía de que el asalto a la caravana solidaria podía ser obra de Al Qaeda del Magreb islámico, hipótesis que se confirmó el 8 de diciembre, cuando el grupo terrorista reivindicó el secuestro de los tres españoles y del ciudadano francés Pierre Camatte, apresado en Malí, y liberado el 23 de febrero.

único condenado Casi ocho meses después del rapto, el pasado 21 de julio, un tribunal de Nuakchot (Mauritania) condenó a 12 años de cárcel con trabajos forzados al hasta ahora único imputado por el secuestro de los cooperantes, Omar Ould Sid"Ahmed Ould Hamma, alias Omar Saharaui. El 11 de agosto, el tribunal de apelaciones de la capital mauritana confirmó la sentencia al considerarle el máximo responsable del rapto y el pasado lunes, día 16, fue extraditado a Mali, un movimiento que podría ser la condición que hubieran puesto los secuestradores para liberar a Vilalta y Pascual.

Con el fin de no repetir los mismos errores que se produjeron en el secuestro del buque Alakrana por piratas somalíes, el Gobierno estableció desde el primer día un canal de comunicación fluido con las familias y la ONG a la que pertenecían los cooperantes.