vitoria. A pesar de que los perros son los residentes mayoritarios del centro de acogida de Armentia, y copan las jaulas del recinto, hay otras muchas especies que conviven diariamente con los veterinarios municipales. En los últimos años, y debido a la moda de sacar a los animales de su hábitat natural y tratar de domesticarlos, están apareciendo cada vez más animales silvestres abandonados. Armentia ha recibido este año una cabra, llamada jocosamente Vuvuzela por sus constantes berridos, similares al de la trompeta africana, conejos, autillos -se trata de un búho de pequeñas dimensiones-, hurones, cotorras, iguanas, patos...

En definitiva, numerosos animales que no están preparados para convivir en un hogar. Los más numerosos son los conejos, ya que las familias no se percatan de que no son especies para dejar en el salón de casa y cuando "empiezan a roerlo todo" les abandonan en el monte, siendo los baserritarras los que se encargan de recogerlos y llevarlos a la protectora. Pero, tras los perros, el segundo animal más desasistido es el gato. Estos "grandes olvidados" han sufrido en lo que va de año más de 250 abandonos, con el handicap de que para ellos es más difícil encontrar un nuevo hogar.

Los responsables del Centro de Protección de Animales (CPA) se afanan por encontrar nuevas familias para estos animales, que tienen la dificultad añadida de no contar con la buena fama de los perros. Así, el año pasado únicamente se lograron colocar el 79%, a pesar del intenso trabajo de los activistas. En este aspecto, la ayuda de Alemania también se agradece, pero resulta insuficiente.

Asimismo, los responsables del centro se vieron obligados a esterilizar a 85 gatos como acción de apoyo a otras iniciativas que pretenden disminuir el número de abandonos de estos animales.