vitoria. ¿Qué es la tanorexia?
Habría que aclarar que el bronceado es un objetivo que se marcan muchas personas en contra de su salud pero que no siempre está vinculado con la tanorexia. Este síndrome es una alteración descrita hace no muchos años y que probablemente tiene poca gente. Las personas que la sufren son adictas al bronceado y un porcentaje de ellos están mal de la cabeza. Querer estar bronceado y ser tanoréxico son cosas diferentes. Creo que se está abusando del término tanorexia. Hay muchas personas a las que les gusta estar morenos y no por eso tienen ese síndrome.
¿Cuáles son las características que presentan estas personas?
No están del todo definidas. Pero el problema es una adicción, una dependencia. Una cosa es que te guste jugar a las cartas o que te guste tomarte un vino, y otra es ser adicto al juego o al alcohol.
¿Tiene un componente psicológico?
En la mayor parte de los casos, sí. Estos pacientes tienen personalidades adictivas, algunos tienen rasgos obsesivos y otros trastornos de la personalidad. El rasgo distintivo es la adicción o el sufrimiento por no poder llevar esa dependencia adelante y que les lleva de forma compulsiva a estar tanto tiempo exponiéndose a fuentes de luz naturales y artificiales. Parece ser que la luz ultravioleta produce endorfinas, unos opioides endógenos, y pueden ser una de las fuentes de placer que sienten las personas cuando se están exponiendo al sol.
Entonces, el placer se produce en el acto y no con el resultado...
Con la conjunción de las dos cosas. Muchas de estas personas sufren otros síndromes adictivos. Parece que hay estructuras genéticas que facilitan la adicción a determinadas cosas, pero esto es mucho menos frecuente de lo que se piensa.
¿Desconocen las consecuencias?
Uno de los rasgos de los tanoréxicos es que tienen más información de ese riesgo que el resto de la población. Son conscientes y a pesar de ello tienen conductas irracionales. Con la tanorexia se barajan varias posibilidades: algunos presentan trastornos opresivo-compulsivos, otros trastornos disfórmicos (preocupación por la imagen) y otros tienen una adicción química (durante la exposición se liberan una serie de sustancias que actúan sobre el cerebro y cuando esto no sucede se siente mal).
¿Cuál es el límite?
Lo más importante es la individualización de los consejos. Hay una clasificación de tipos que va del 1 (la gente que no tiene nada de pigmentación) al 6 (los negros). El tipo de personas que no tienen problemas para pigmentarse porque no se queman tienen una capacidad de asumir la luz ultravioleta sensiblemente mayor. Se han generalizado los consejos de forma indiscriminada y hay que adaptarlos a la capacidad de pigmentarse que tiene cada uno. En cualquier caso, el límite es no quemarse, no provocar un daño que sea oncológico. Con respecto a los tanoréxicos, el límite es no estar encadenado a la absorción de luz ultravioleta. Los tanoréxicos están auténticamente enganchados.
¿Cuándo se puede decir que se produce un daño oncológico?
No es un paso que se da un día, es algo progresivo. La piel va acumulando agresiones y un porcentaje de las que se producen con cada quemadura se repara, otra parte no. Las que no se reparan van acumulándose hasta que se produce una modificación en la estructura genética de las células; lo que da lugar a un tumor. Que pase esto es poco frecuente. Entre la cantidad de gente que hace las cosas mal, las que lo desarrollan no son tantos. Eso sí, todos, absolutamente todos los que se exponen mucho al sol sufrirán un envejecimiento prematuro de la piel.
¿Qué más consecuencias puede haber?
Las consecuencias de una sobreexposición son variables en función de la piel. Unos con mucha exposición no están pasándose de su límite y otros con mucho menos, sí. Las consecuencias de eso son el envejecimiento y el cáncer. Lo primero les ocurrirá a todos, lo segundo a unos pocos.
Sin embargo, las estadísticas dicen que cada vez son más lo que padecen cáncer de piel...
El cáncer de piel se está incrementando en muchas zonas del mundo, pero en otras se está empezando a controlar al conseguir modificar la conducta de la gente. En esa modificación es básico conocer qué te puede ocurrir si te pasas y adoptar medidas adaptadas a cada tipo de piel.
También se tiene la imagen de que no es un cáncer mortal, ¿es real?
Un porcentaje de tumores de la piel, los más frecuentes, se pueden curar si se detectan por un médico a tiempo. Pero hay otro porcentaje que acabarán con la vida de unas cuantas personas. Esto es perfectamente evitable porque esos tumores tan agresivos están producidos directamente por la exposición al sol.
¿Cuáles son las cifras que manejan?
En algunos lugares del mundo se dan 4 ó 5 casos por cada 100.000 habitantes y en otros hasta 40 ó 50. Eso ocurre en zonas donde hay mucha gente con la piel muy clara y mucho sol, como es el caso de Australia o Estados Unidos.
¿Estamos bien informados?
Estamos ganando la batalla de la información, pero la de la conducta... Ahí hay otra guerra. Se sabe que el tabaco es una calamidad, pero de ahí a que alguien modifique su conducta... Aún así no hay que equiparar el sol a otros agentes cancerígenos porque no lo es. Por ejemplo, el tabaco desde la primera cantidad es cancerígeno, el sol no. El sol es necesario para fabricar vitamina B por lo que exponerse moderadamente es recomendable. Es errónea la conclusión de que para no quemarse mejor no tomar nada el sol.
¿Qué se entiende por una exposición moderada?
Depende del tipo de piel, pero podría ser media hora o 40 minutos. Cuanto más morenos somos más resistimos el sol y también más tiempo necesitamos para fabricar esa misma cantidad de vitamina B.
¿Es real la protección que ofrecen las cremas de factores altos?
A partir del número 20 ó 30 lo que dan de plus esas cremas no es tanto como cabría pensar. El factor 50 protege un pequeño porcentaje más que un 20. Lo que ocurre es que no nos damos la cantidad suficiente para que esos índices se cumplan. Si nos aplicáramos una cantidad como la que el fabricante indica, un envase duraría muy pocos días, y sin embargo hay gente a la que un bote le dura más de un verano.