vitoria. La demanda de los usuarios del transporte público vasco de conseguir una tarjeta común para los diferentes medios de locomoción de los tres territorios podría hacerse realidad dentro de no demasiado tiempo. Así se desprende al menos de las palabras del viceconsejero de Transportes del Gobierno Vasco, Ernesto Gasco, que aseguró ayer que este día podría estar cerca.
Y es que, aunque Gasco se mostró prudente y aseguró que la consecución de un billete único para toda Euskadi es un objetivo que requerirá "mucho tiempo", apuntó que en 2011 y 2012 se darán ya avances para que cada provincia pueda contar con el suyo propio.
Así las cosas, el viceconsejero anunció que el Departamento vasco de Vivienda, Obras Públicas y Transportes ha sacado ya a licitación un Plan de Movilidad Sostenible con el que se persigue transformar el actual modelo de transporte de personas y mercancías de Euskadi para convertirlo en un aliado de la sostenibilidad medioambiental y económica. Una herramienta más para avanzar en el camino de los objetivos internacionales fijados con el objetivo de frenar los efectos del cambio climático provocados por los abusos industriales de los países más desarrollados. El plazo de ejecución para la redacción de este documento que se adjudicará en otoño es de un año y el importe por el que será adjudicado asciende a 150.000 euros más IVA.
Por ello, el viceconsejero puso de relieve la importancia de este plan, que se quiere aprobar a lo largo de 2011, dado que afectará a todos los departamentos del Ejecutivo y no será una mera enumeración de principios sino un "instrumento eficaz" para transformar el modelo actual que, según comentó, requiere una "revisión profunda".
Entre los objetivos propuestos figura potenciar el transporte público y la intermodalidad. Así las cosas, Gasco reconoció que Euskadi tiene una "asignatura pendiente" en cuanto a los billetes integrados para poder viajar con una única tarjeta en trenes o autobuses urbanos e interurbanos.
Asimismo, recordó que en la Autoridad del Transporte de Euskadi ya se acordó el pasado mes de julio constituir un grupo de trabajo con las tres diputaciones forales, los ayuntamientos de las capitales y el Ejecutivo autonómico, para intentar "buscar que, con una única tarjeta, se pueda funcionar en el conjunto de Euskadi".
A pesar de que esta intención ya fue transmitida entonces, reconoció que es un objetivo "difícil y laborioso, que requerirá mucho tiempo", aunque se felicitó por el hecho de que se haya "empezado a andar" para tratar de unificar tarifas y criterios, ya que, por ejemplo, en algunos transportes viajan gratis los menores de hasta 4 años, en otros hasta los 6 y, en otros, hasta los 10.
Gipuzkoa, a la cabeza Según las previsiones iniciales, los "primeros avances" se darán en Gipuzkoa, donde a lo largo de 2011 podría comenzar alguna propuesta de estas características. Por su parte, en Bizkaia y Álava habría que esperar algo más, ya que se estima que se daría en 2011 o 2012.
"No sé si se logrará en una legislatura que todos los transportes de Euskadi sean compatibles pero, si conseguimos que cada territorio tenga su propio billete único, algo habremos avanzado" en una cuestión que lleva "30 años" sin resolverse. Además, Gasco apuntó que la intención es que se integren en esta tarjeta los autobuses urbanos e interurbanos, los trenes dependientes ahora de los gobiernos vasco y central y, tal vez, un sistema de alquiler de bicicletas. Además de potenciar los transportes públicos y la intermodalidad, el Plan de Movilidad Sostenible aboga también por optimizar los recursos actuales, sobre todo, el tránsito de mercancías por ferrocarril. Unas pretensiones que ya están incluidas en el Plan Foral de Transporte que elaboró este mismo ejercicio el equipo del Aula de Ecología Urbana dirigido por Salvador Rueda para su futura aplicación en Álava.
Proporcionar una adecuada dimensión al peatón y a la bicicleta, mejorar la coordinación interinstitucional y bajar las emisiones de CO2 para que se "reduzcan en un 20% en la próxima década" son otros de los objetivos que persigue esta iniciativa. El viceconsejero afirmó que, lejos de suponer una "carga burocrática para los agentes económicos", el Gobierno quiere que el plan sea un acicate para la competitividad de las empresas, la cohesión territorial y el bienestar de las personas.