Vitoria. Lograr el equilibrio entre la vida laboral y familiar, una aspiración a la que todos los trabajadores tienen derecho según la Ley y que la Administración trata de fomentar tanto entre hombres como entre mujeres, no siempre resulta tan sencillo como parece. Un vecino de Vitoria, escolta de profesión, inició ayer una huelga de hambre después de que la empresa en la que trabaja se haya negado a concederle una reducción de jornada. Antes de tomar esta determinación, el empleado llevó el asunto ante los tribunales, aunque la magistrada encargada del caso falló también en su contra.

Tal y como explicó ayer Raúl, que trabaja como escolta para una firma dedicada a la seguridad con sede en Vitoria, los problemas surgieron a raíz de convertirse en padre. Solicitó un replanteamiento de su jornada para poder pasar más tiempo con su hija y la empresa le ofreció la posibilidad de trabajar 15 días al mes en lugar de los 17 que tenía inicialmente pactados. Una alternativa que no solucionaba su problema, ya que las jornadas seguían siendo de 17 horas diarias de media. Decidió entonces reclamar un cambio de destino, es decir, un puesto de escolta en el que no fuera necesario invertir tantas horas al día. Entendía que ello conllevaría renunciar a una parte proporcional de su sueldo importante y estaba dispuesto a ello, pero, según explicó ayer, la firma desestimó esta opción.

El trabajador elevó la cuestión a los juzgados, que en noviembre de 2009 fallaron en su contra y dieron la razón a la empresa. Convencido de que la Ley le ampara y de que tiene derecho a beneficiarse de una reducción de su jornada laboral, hecho éste que no perjudicaría a la firma por estar subvencionado por la Administración, ayer envió un burofax al Departamento de Recursos Humanos de su empresa, otro al Ministerio de Igualdad y dos más a las áreas de Asuntos Sociales e Interior del Gobierno Vasco exponiendo su situación y anunciando que desde ayer comienza una huelga de hambre para reclamar "un poco de humanidad por parte de la empresa".

Raúl señaló que a lo largo de los últimos meses la relación entre el trabajador y la empresa se ha vuelto cada vez más complicada. De hecho, señaló que últimamente se le han modificado los horarios repetidamente hasta el punto que se ha visto obligado a trabajar muchas más horas de las inicialmente previstas. Ello le ha conducido a una baja por agotamiento.