Vitoria. Los estantes de las botellas de cava en los supermercados de la capital de Euskadi seguían ayer medio llenas. Faltaba un día para que litros y litros del susodicho espumoso cumplan su cometido y calen de pies a cabeza a gasteiztarras y visitantes en la multitudinaria bienvenida al aldeano más famoso de la ciudad.

La tradición de los últimos años explica que propios y extraños esperan a última hora para hacerse con la provisión de botellas de espumoso para descorchar en tan señalado día. "La gente espera a la mañana del día 4 para comprar el cava para tirar en la bajada de Celedón", explican los responsables de los establecimientos comerciales.

Sin embargo, los estantes que albergan el vino y los licores sí que aparecían medio vacíos. Los jóvenes hacían honor a la sabiduría popular que dice que es mejor no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. De hecho, grupos de ellos llenaban el carro con diferentes tipo de bebidas alcohólicas para estar abastecidos durante estos días de fiesta, ya que los supermercados e grandes superficies estarán cerrados durante esta tarde y mañana.

En cuanto al vino espumoso, parece que el más barato es el que mejor salida comercial tiene durante La Blanca. De hecho, el 80% del cava más asequible para los bolsillos se despacha estos días de celebración, tal y como confirma el gerente de Eroski de El Boulevard, Raimundo Ruiz Escudero. "Este año creemos que las ventas van a ser como el año pasado".

Por otro lado, desde el hipermercado E. Leclerc se asegura que las ventas de la variedad más barata de cava se han incrementado un 18% respecto al año pasado. "Este año, con la compra de dos botellas regalamos un pañuelo de fiestas. Quizá el aumento de las ventas se deba a este reclamo publicitario".

Cigarros puros En cuanto a la costumbre de encender un puro para celebrar el inicio de las fiestas, los clientes no esperarán al último minuto para comprar sus cigarros. Alejandro Tobalina, titular de la Casa del Puro de la calle Florida, asegura que los fumadores ya han comprado sus puros, sobre todo, durante la segunda quincena de julio. "Si de normal compran a la semana dos o tres habanos, en fiestas se compran la caja", explica. "Las ventas se han mantenido, aunque han bajado un poquito", especifica el comerciante.

De momento parece que ni la crisis, ni el Ayuntamiento de la capital alavesa van a poder acabar con las populares tradiciones de la bajada de Celedón. A pesar de que desde el Consistorio se ha pedido a los ciudadanos que no lleven vidrio al txupinazo, por los problemas medioambientales que conlleva y el riesgo de cortes, todo hace prever que la recomendación caerá en saco roto.