Vitoria. Hay tradiciones que surgen de la nada y que se consolidan sin saber muy bien por qué. Entre ellas se encuentra el llamado Día del guarro, que históricamente se corresponde con el 9 de agosto, final de las fiestas de La Blanca. En sus inicios, en aquella jornada las cuadrillas de blusas y neskas se involucraban en una guerra en la que se atacaban unos a otros con todo tipo de sustancias ideadas para manchar y empapuzar a propios y extraños, a amigos y enemigos. Poco a poco, aquellas prácticas quedaron en el olvido, salvo para unas pocas peñas, que aún las utilizan en su despedida de la fiesta gasteiztarra. Entre ellas se encuentra Batasuna que, además de utilizar todo su arsenal, se hace (o hacía) acompañar en los paseíllos a los toros con unos cuantos cochinos. Tal circunstancia ha sacado de sus casillas a ATEA, Asociación para un Trato Ético con los Animales, que denunció al citado colectivo festivo, censura que ha asumido el Defensor del Vecino de la capital, que pide ahora que se castigue con una multa de 1.200 euros a los blusas responsables de tal actitud.
En ese sentido, Javier Otaola, Síndico de Vitoria (defensor vecinal de la ciudad), solicitó ayer al Ayuntamiento de la capital alavesa que imponga una sanción de 1.200 euros a la cuadrilla de blusas por el maltrato sufrido por los cochinillos que utilizan durante el paseíllo a la corrida de toros del último día de las fiestas gasteiztarras. El Síndico hizo esta petición tras la denuncia presentada por ATEA contra Batasuna, que desde hace varios años "obliga a participar en su paseíllo" a varios cochinillos, que sufren un "severo y constante estrés", indicaban los animalistas.
El Síndico ha atendido esta denuncia y ha pedido al Consistorio gasteiztarra que los responsables de la cuadrilla sean sancionados con 300 euros de multa por cada animal utilizado, es decir 1.200 euros, puesto que al parecer en 2009 fueron cuatro los cochinillos que desfilaron en los paseíllos de ida y regreso al coso taurino el 9 de agosto.
Según ATEA, esta cuadrilla de blusas es la única que sigue utilizando cochinillos, a los que somete "a una angustia extrema durante horas, sin justificación posible para tal acto, como de hecho reconoce en su escrito el Síndico". En la nota remitida al Ayuntamiento, el Defensor del Pueblo de Vitoria recuerda al Consistorio que este tipo de infracciones "deben ser denunciadas por los agentes de la Policía Municipal y sancionadas por el alcalde o concejal delegado", y además se deben decomisar "los animales víctimas del trato vejatorio".
ATEA expresó su confianza en que el Ayuntamiento cumpla sus recomendaciones, ya que esta institución debe ser garante del cumplimiento de toda normativa de su competencia.