Los incendios forestales que afectan a numerosas regiones de Rusia y que causaron la muerte de 28 personas han devorado a más de 550.000 hectáreas de bosques y, la situación continúa agravándose, informaron ayer las autoridades rusas. En el extremo oriente del país, en 24 horas la superficie devastada por los incendios aumentó de 31.000 a 99.200 hectáreas.