amurrio. Los bares Florida, Txotis y Alambique en Amurrio, las tabernas Marrazki y Llarena en Orduña, los montes de Aiaraldea, y otro sinfín de rincones de otras localidades de Ayala y el Alto Nervión, como Llodio y Artziniega, han servido a lo largo de este curso escolar de punto de encuentro para 129 personas que sólo buscaban gente que, como ellas, deseaban pasar unas pocas horas a la semana expresándose en euskera.
Se trata del programa Berbalagun. Una iniciativa puesta en marcha hace cuatro años, gracias a la financiación de los ayuntamientos de la zona (el de Amurrio acaba de destinar 5.000 euros a la continuidad de este proyecto de septiembre a diciembre), que persigue crear una red de relaciones sociales en euskera, a fin de aumentar las posibilidades de utilización de este idioma en una comarca donde, según las estadísticas, conviven la friolera de 21.168 personas (el 40% de la población) capaces de entender la lengua vasca. Para ello, se han creado grupos en los que se mezclan personas que están aprendiendo euskera con otras que ya saben, en base a edades o gustos y afinidades, para que juntos puedan practicar y mejorar su conocimiento del idioma.
De esta forma, unos quedaban para dar un paseo por el monte, otros para tomar un simple café, y muchos otros para aprender a bailar danzas vascas o cocinar algún que otro plato con el que impresionar a familiares o amigos. Unos encuentros semanales fijos establecidos por cada grupo que se han completado con un calendario de actividades conjuntas a las que podía acudir cualquier persona con ganas de vivir unas horas en el idioma de los vascos.
Así, por ejemplo, se han organizado charlas sobre la utilización de Wikipedia, cursos de conservas, danzas vascas y cocina, pincho-poteos o meriendas y comidas. Además, ha habido un un sinfín de salidas a txakolinerías, sidrerías, montes y museos de la zona -como el gastronómico de Llodio o el etnográfico de Artziniega-. Tampoco han faltado las visitas a las murallas de Vitoria. Incluso se han organizado actos especiales en torno al Día del Euskera o una euskal eskontza (boda vasca) a la antigua usanza y con un gran éxito, que tuvo como marco el casco antiguo de la ciudad vizcaína de Orduña.
De cara al próximo curso, los agentes encargados de poner orden entre tanta gente de localidades tan diversas, ya tienen pensadas nuevas actividades entre las que no faltarán salidas a sidrerías y montes, o visitas a la granja de caracoles Barraskibide de Orduña y a la localidad guipuzcoana de Artikutza, así como nuevos cursillos de danzas vascas, cocina y fotografía.
En total, este recién acabado curso ha contado con gente suficiente para crear dos grupos de conversación en el municipio de Aiara, con 19 personas; otros cuatro en Amurrio, que han aglutinado a un total de 33 personas; otro más en Artziniega, con 24 inscritos; otros cuatro en Llodio, con otros 20 interesados; y otros cuatro en Orduña, con 33. A todos ellos hay que sumar otras 28 personas que, por incompatibilidad de horarios, no se han comprometido con los grupos de conversación semanal, pero sí han pedido información puntual de todas y cada una de las actividades organizadas.
Más mujeres que hombres De las 129 personas que han tomado parte activa en los citados grupos 87 son mujeres y 42 hombres. Por edades, 28 tienen entre 20 y 30 años, 55 entre 30 y 40, 38 entre 40 y 50, y ocho más de 50. De todos ellos, solo tenían un nivel alto de euskera 34 personas, que han ayudado a sus compañeros a mejorar sus capacidades comunicativas en este idioma.
Las encuestas de satisfacción realizadas al final del curso arrojan que "los participantes han estado a gusto y que la mayoría tiene intención de volver a repetir la experiencia. A ello hay que añadir que en Artziniega comenzará un nuevo grupo", explican desde la organización.