AZPEITIA. El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, ha denunciado hoy, durante su homilía en la solemne misa de San Ignacio, la "incomprensión" y la "persecución" que a su juicio sufren "aquéllos que actúan coherentemente con su fe católica".

unilla ha presidido la misa de la festividad de San Ignacio en la Basílica de Loyola de Azpeitia, a la que han asistido autoridades como el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, la consejera vasca de Educación, Isabel Celaá, y el alcalde de la localidad, Julián Eizmendi.

La misa ha sido concelebrada por varios provinciales de la Compañía de Jesús de Euskadi y Castilla, el superior de los jesuitas del País Vasco y el nuncio de la Santa Sede en Haití.

El prelado donostiarra ha dedicado su homilía a glosar la figura de San Ignacio de Loyola, del que ha destacado la "incomprensión" que padeció en su entorno familiar y también en el ámbito académico.

"Tengamos en cuenta que éste sigue siendo el signo de la Iglesia en su tarea de extender el Reino de Dios: la incomprensión. Entonces como ahora y ahora como entonces, la incomprensión y la persecución no van contra aquéllos que han asumido el pensamiento único, en un pacto con lo políticamente correcto, sino contra aquéllos que actúan coherentemente con su fe católica", ha proclamado el obispo guipuzcoano.

En opinión de Munilla existe una "marcada tendencia colectiva a 'domesticar' y rebajar el hecho religioso", a "descafeinar la fuerza del Evangelio y reducirlo a una serie de valores comúnmente consensuados, arrinconando todo aquello que presente contrastes excesivos".

El prelado donostiarra ha alertado de que se acepta que el hecho religioso "puede contribuir a la educación y a la estabilidad de una sociedad necesitada de valores" pero, al mismo tiempo, se pone "bajo sospecha" los planteamientos "de coherencia y de exigencia evangélica, que fácilmente son etiquetados injustamente como 'exagerados' o como 'radicales'".

Se ha referido también a la labor educativa de San Ignacio, cuya clave, ha dicho, residió en la integración del rigor académico y la esperanza cristiana.

"En medio del fracaso educativo que padecemos en nuestros días, es necesario recordar que la educación necesita de la esperanza, como la natación precisa del agua", ha afirmado Munilla.

Una hora antes del oficio, en el exterior del Ayuntamiento de Azpeitia, la corporación municipal, encabezada por su alcalde, Julián Eizmendi, ha recibido solemnemente a la consejera de Educación y al diputado general.

Los concejales de ANV iban ataviados con camisetas en las que se leía el lema "Udalbiltza aske" y han desplegado unos carteles en los que reclamaban "la palabra y la decisión" para el pueblo vasco.

Como es tradicional, la corporación y el resto de autoridades, entre las que se encontraban también varios diputados forales, han salido de la plaza en procesión, protegidos por la Ertzaintza, aunque el público en ningún momento ha mostrado una actitud hostil hacia los representantes institucionales.

En la explanada de la Basílica, como ocurre cada año, la procesión ha sido recibida por un pasillo de decenas de miembros de la asociación de familiares de presos de ETA, que portaban banderas y carteles que reclamaban el traslado de los reclusos a Euskadi.

Al paso de las autoridades, que caminaban al son del himno de San Ignacio, los manifestantes coreaban gritos en favor de los presos de la organización terrorista, entre una estrecha vigilancia de la Ertzaintza.