vitoria. Una procesión incesante de vehículos y su lento discurrir transformaron ayer la fisonomía de la red viaria del territorio histórico en una maraña difícil de sortear. No en vano, la Operación Salida se mostró inmisericorde con los miles de turistas que decidieron partir hacia sus vacaciones al mismo tiempo. Les condenó a padecer los rigores de uno de los días más calurosos del verano y retenciones y un tráfico lento que llegaron a configurar caravanas de hasta seis kilómetros en la N-622, justo en la conexión de la AP-1 con el tramo que lleva a la A-1. Además, el nodo de Armiñón, que distribuye la circulación hacia La Rioja o Castilla, también pasó apuros. La situación se preveía complicada, pero la realidad demostró que puede ir mucho más allá de los escenarios analizados previamente. En el fin de semana con más tráfico del año, las carreteras de Álava se inundaron de vehículos procedentes de la provincia o en tránsito desde otros territorios limítrofes o desde Francia en busca de sus destinos vacacionales en el Mediterráneo, en la Meseta o más allá del Estrecho de Gibraltar. El caso es que la acumulación de tráfico llegó a obligar a los responsables de Interior a adoptar medidas drásticas. De hecho, y dada la situación de colapso que vivía el peaje de la AP-1 en Etxebarri Ibiña por la montonera provocada por los turismos que buscaban la A-1 en dirección hacia Burgos, la Ertzaintza inhabilitó la N-622 que comunica Vitoria con la autopista de Altube, a partir de las 13.00 horas. La decisión de los rectores de Tráfico incluía el desvío de los coches desde el peaje hacia la AP-68 para entroncar desde allí su ruta hacia Madrid. Además, la A-1 en el término municipal de Vitoria se atoró puntualmente al recibir los flujos circulatorios procedentes de la Eibar-Gasteiz y de la N-622. Según indicaron fuentes de Interior, la autovía sufrió retenciones desde el área de servicio de Lopidana. En el resto de la red viaria, la sucesión de vehículos fue incesante, pero la intensidad de la circulación no llegó a ser ni la mitad de la vivida en los viales de alta capacidad. Problemas en la salida de Euskadi En el resto de Euskadi también se vivieron escenas propias del verano. En concreto, en Gipuzkoa se encontraron caravanas entre las localidades de Irun y Hondarribia debido a la entrada de miles de conductores desde la frontera con destino hacia el Sur. El peaje de Zarautz también encontró caravanas de un kilómetro y el área de servicio de Itziar vivió momentos de colapso con varios kilómetros de retención. Además, la A-8 volvió a reproducir imágenes de colapso en sus salidas hacia Cantabria, con retenciones de hasta 10 kilómetros desde Muskiz en la autopista AP-8.